25/11/09

16. Creando circunstancias


Un poco de tiempo aquí
y otro de cariño allá.
Un oido abierto aquí
y una espalda
en la que te puedas apoyar.
Una mano
que ayuda a levantarse
y un brazo que ayude
a caminar;
o simplemente una vida
que no deje de sembrar,
regar y mimar.
No creo que nadie haya labrado su fortuna personal, y no me refiero a la económica solamente, de forma fácil y rápida. Todo lleva un proceso y el proceso lleva toda una serie de etapas. Al igual que la tierra hay que limpiarla, ararla, ponerle la semilla, fortalezerla con abono, regarla y estar al tanto de otros pequeños detalles, el éxito personal de cada uno requiere también de crear las circunstancias necesarias para que uno alcance las metas que se propone.

El éxito no viene por casualidad, sino que viene por la puesta en juego de los recursos personales, de los talentos, de los valores y de las fortalezas que cada uno tiene como persona. Sí, cada uno tiene una riqueza que viene con el boleto de la vida. Desde el momento en el que se nos corta el cordón umbilical se nos arroja al valle de la vida cargados de una serie de valores y fortalezas que bien utilizadas se encargarán de darnos la posibilidad de generar vida a través de nuestra propia vida. No importa si somos ricos o pobres, lo único que importa es la capacidad de poder tener consciencia de quien somos, de lo que hay dentro de nosotros y de tener las ganas de querer desarrollarlo.

Es cierto que la posibilidad de tener a nuestro lado unos buenos mentores, unos buenos padres o unas buenas fuentes de recursos, como puede ser la experiencia y la sabiduría de otros, puede ayudarnos. Pero será la propia libertad que se nos dé para poder investigar en el campo de la vida, así como el propio interés por la misma vida la que nos ayudará a ir creando las circunstancias necesarias para poder ir abriendo caminos propios, genuinos y originales. La misma naturaleza nos va enseñando como ella funciona. Los rios, los mares, los animales, las plantas nos ayudan, tanto como las experiencia de los propios humanos, a ir sabiendo crear las cirunstancias para que la vida se genere.

Las mentes humanas vamos abriendo caminos, y ahí están todos y cada uno de los inventos que nos ayudan a vivir. Pero el gran reto de muchas persona aún está ahí pendiente: el de saber crear dentro de si mismas las circunstancias que hagan posible el propio avance. Y es en el campo de los propios retos, donde más tenemos que trabajar, porque es en los propios retos donde más nos sentimos frustrados y desmoralizados.

Y no digamos en el campo de las emociones, sabiendo que éstas rigen en un gran porcentaje los resultados financieros, empresariales, económicos, sociales, familiares y afectivos de todos nosotros. Cuidar de cada uno de nosotros, saber crear las circunstancias que nos permitan un dialogo más fluido, un equilibrio más sostenible a nivel familiar y social o político y el poder tener una sonrisa más amplia, duradera y sincera, es el gran reto y trabajo que tenemos por delante.

Me gustaría que cambiara el mundo, que estuviera a mi servicio y que fuera como yo quisiera pero, ¿estoy dispuesto a crear yo las circunstancias para que ello se de? ¿Qué estoy dispuesto a dar de mi mismo, de mi tiempo, de mi orgullo o de mi mismo para que ello suceda? ¿Qué coste estoy dispuesto a asumir para conquistar ese sueño?

No queda otra que pensar en lo que quiero llegar a conseguir. A lo mejor lo tengo claro, pero lo que tal vez no esté tan claro sean las circunstancias que se tienen que dar en mi, o en mi entorno, pero de mi responsabilidad, para que el sueño se cumpla. Y es esa la tarea que queda, la de pensar en las circunstancias que yo, y nadie más que yo, tengo que crear y hacer posible para que nazca el sol, o se de la primavera en mi vida.

Una canción: Himno al Amor. Demis Roussus





15. Autocontrol


Viento impetuoso que arrastra
y que lleva todo lo que por delante hay;
temblores de tierra que dejan todo
destruido y desolado:
vacío y soledad;
derrota y frustración.
¡Ohhh, calma y control!
Ven y dame, una vez más,
la vida
desde la que pueda gozar.

No resulta fácil muchas veces el conrtrolarse ante ciertas situaciones. En ocasiones ves que cuando las cosas no están saliendo como uno quiere se pierden los nervios y reaccionas de forma violenta. Lo vemos en el futbol cuando se experimenta la sensación de no saber encajar un resultado adverso: a nivel de jugadores podemos ver desde aquellos que arrojan la toalla y se dan por vencidos, a otros que comienzan a dar patadas absurdas que acaban con expulsiones, tanganas y cierto nivel de agresividad.
Lo podemos ver también dentro de las realciones de trabajo. ¿Cuántos conflictos no surgen a raiz de la presión que se puede ejercer desde arriba, desde la que obtenemos de compañeros o desde actitudes que podemos observar en clientes o gente que viene a veces con actitudes negativas hacia nosotros?
La violencia de genero que tan de actualidad está y que hasta los jovenes ven como algo tan natural, puede ser otra muestra de una sociadad que le cuesta controlar los sentimientos. Por una parte se han ensalzado los sentimientos como algo bueno y noble, pero por otra hemos constatado de que nuestras reacciones no siempre son las adecuadas y no siempre son portadoras de beneficios hacia uno mismo u hacia otros.
Controlar los sentimientos es importante:
No hace ser dueños de nuestra vida. Nos hace libres. No somo esclavos de situaciones en las que actuamos de formas primarias y sin capacidad de dominar tanto lo interno que hay en nosotros como el ambiente externo que nos rodea.
Controlar los sentimientos también es importante porque nos permite pensar, nos permite ver las situaciones de manera más objetiva, de manera más amplia e incluso con una visión más postiva.

Controlar los sentimientos nos ayuda a seguir en el juego, en la actividad, en la relación, en el camino hacia la meta. Nos permite creer en nosotros mismos, en nuestro estilo de vida, en nuestra manera de actuar aunque en un momento determinado no se obtengan resultados. La vida es camino a largo plazo. Nuestras metas no pueden ser tan solo a corto y controlar las situaciones; saber esperar tienen su premio al final.
Y es por ello que antes de lanzar la piedra, antes de perder el control, antes de manifestar mis situaciones de forma que me hagan daño a mi o a otros podría tener ciertos gestos que me ayuden a "esperar". Hay quien dice de contar hasta diez, hay quien decide subir y bajar las escaleras de forma pausada un par de veces, hay quien mira hacia el mar o hacia la montaña, los hay que se cuentan un par de chistes; dicen que es bueno, crea optimismo, alegria y con ello una visión diferente de lo que uno podía ver hasta el momento.
Y si al final, lo que te sucede no lo puedes cambiar, ¿para que sufrir? ¿para que hacerte o hacer daño? Vive con alegría el momento. Recordaré siempre la muerte de mi padre como la de alguien que supo morir y aceptar la realidad, aceptándolo, sonriendo, cantando, bromeando con las enfermeras, pidiendo sus chocolates con churros; pero sobre todo dando tranquilidad a los que estabamos a su alrededor.
El dia que me despedí de él, horas antes de su muerte, nos dimos un abrazo. Fue un abrazo muy especial, pero que muy especial. El sabía que el partido se terminaba, era consciente de que perdía; pero no: El ganó la partida: el de la vida.
Al fin y al cabo controlar no resulta fácil pero ganamos mayor calida de vida y a la larga conseguimos una mayor tranquilidad, una calidad de vida y una mejor relcación con uno mismo y con los demás.

Un libro: Daniel Goleman. Inteligencia Emocional
Una Canción: Jose Luis Perales. No resulta fácil