27/4/10



¿Cuántas veces nos vemos en una encrucijada en la que tenemos que decidir un camino u otro? ¿Cüántas veces se nos nubla la vista cuando entre uno y otro se juntan sentimientos, valores, situaciones personales o familiares que condicionan una decisión correcta?

Tres aspectos importantes son los que tendrían que estar claros dentro de nosotros mismos: El racional, el emocional y, por así decirlo, el espíritual.

El aspecto racional tal vez sea el  primero a tener en cuenta, ya que no sólo de emociones vive el hombre, ni tampoco de su propia conciencia. Analizar con realismo los pros y los contras de los diferentes caminos a seguir es importante. Y lo es más cuando lo anotamos en un papel, cuando somos capaces de reunirlos en una hoja y poder verlos ahí, de forma visual, tangible, concreta. Escribir, ya es un paso, leerlo ya es otro. Son dos pasos iniciales importantes que desde la psicología nos dicen que tienen mucho efecto a la hora de ver claro.

No es lo mismo que tenga las cosas claras en la mente que verlas escritas en una hoja de papel. Sobre el papel las cosas pueden parecer mucho más claras. Así pues...., puedo tener dos o tres o cuatro caminos que tomar. ¿Qué tal si ante cada camino ponemos dos columnas con los pros y los contras? ¿Qué tal si una vez escrito valoramos con tranquilidad todos sus aspectos positivos y negativos con una nota? ¿Qué pesa más? ¿Por qué pesa más? ¿Que voy a ganar y que voy a perder?

El aspecto psicológico es también importante, ya que es donde tengo que analizarme en cómo me voy a sentir tomando yo una u otra decisión. Es el análisis de lo que suponen esos retos para mí, para mi entorno y para la gente más importante en mi vida. Cada decisión tiene un beneficio y un coste emocional. Si soy capaz de analizar los costes y los beneficios, y si soy capaz de visualizarme a mi mismo y a los míos en cómo nos sentiremos, ¿seré capaz de asumir el reto de una u otra decisión? ¿Cómo vivo esa decisión en mi mismo, en mi cuerpo, en mis sentimientos a la hora de visualizarla de forma real y sin querer engañarme?

El aspecto espiritual tiene ciertta trascendencia. Es el aspecto de la conciencia que tarde o temprano suele aflorar dentro de cada uno de nosotros. Emprender un camino que no se alinee con nuestros valores y nuestras creencias, o que no busque la propia felicidad o la del entorno es elegir un camino que suele pasar factura. Podemos navegar contra corriente por espacio de un tiempo pero, ¿durante toda la vida? ¿podemos obligar a los demás a andar por caminos que van en contra de sus sentimientos, creencias o valores.

Alguien señalaba en alguna ocasión que una buena toma de decisiones podría tomarse si tomaramos conciencia de que estamos ante el ultimo suspiro de nuestra vida, en el lecho de muerte. Si lo estuvieramos en realidad, ¿qué decidiriamos? ¿Por qué? Quizás en uno de estos momentos es cuando vemos con más nitidez lo que queremos o lo que habríamos querido para nuestra vida. Tal vez en el momento de nuestra partida queramos viajar ligeros de equipaje, con las mejores decisiones y sin querer haber fallado.

Todo en la vida es equilibrio,