14/5/10

Fracasar es sumamente sano.


Acabó de escuchar en la radio algo que hemos escuchado durante muchas veces, pero que pocas somos capaces de entender.

De las grandes crisis surgen grandes cambios y satisfacciones. Muchos somos los que no las queremos, creo que la gran mayoría. Estamos cómodos en el seno materno, lloramos nada más salir y creemos que la vida es una lucha continúa.

Los que buscan la crisis, la confrontación, el cambio, la incertidumbre pueden tener un talante mucho más grande en cuanto a libertad, desapegos y capacidad de adaptación se refieren.

No queremos cambios, crisis, pérdidas de comodidades y seguridades, pero cuando vienen, las tenemos que sufrir y nos adaptamos a lo que hay, vemos con toda claridad como se despiertan en nosotros cualidades adormecidas o fuera de uso que ahora se convierten en nuevos aliados y compañeros de viaje.

¿lo más curioso? Que de las grandes crisis vienen grandes reformas, grandes decisiones, grandes retos y grandes respuestas. No deja de ser curioso que nos cuesta movernos incluso hacia lo que nos viene bien o nos resulta positivo.

Crisis es igual a adaptación, y quien se adapta no tiene otra que desarrollar nuevas cualidades para seguir viviendo. En el cambio se acrisola, se purifíca y se perfecciona el ser humano.