20/7/10

Al mal tiempo, buena cara.



El saludo que generalmente ofrecemos a la gente que nos vamos encontrando a lo largo del día es el puro reflejo de lo que estamos viviendo por dentro.

Palabras y gestos nos condicionan ya que por lo que decimos y mostramos fortalecemos las creencias internas que nos llevan a actuar de esa manera. Por atención a estos tipos de saludos:

Hola, buenos días. ¿Como éstas?

* Tirando. (Como el que lleva una carga encima.)

* Ni fu, ni fa. (Parece que la vida es insustancial, algo sin energía.)

* Más o menos. (Como el que anda a medio gas).

* Más de lo mismo. (Como el que sigue cargando problemas día tras día.)

Generalmente nunca respondemos: "Bien, Fantastico, Increíble, Fabuloso, Muy Bien." ¿Te has fijado en tu forma de saludar, de dar la mano, de abrazar, de besar o de mirar? ¿Qué transmites? ¿Qué tipo de energía ofreces?

Y no es tanto por lo que ofreces, sino más bien por lo que llevó dentro. Tengo que querer encontrarme bien. Y su me digo que estoy bien, y mi cuerpo muestra que quiere estar bien, y mis gestos quieren ofrecer lo bien que estoy, experimentaré algo nuevo, diferente y lleno de vida en mí.

Cuidar el saludo hacia mi mismo y hacia los demás es una manera de afrontar el día, las relaciones y las circunstancias de una manera más positiva. Algo así como.... "al mal tiempo, buena cara."