30/7/10

Ser una solución y no una carga.



A veces no se si somos conscientes de que podemos ser una solución o una carga para los demás o incluso para nosotros mismos.

¿Te sientes a gusto recibiendo constantemente sobre lo que tienes que hacer? ¿O tal vez te sientes como uno más del montón que tan sólo va a donde lo lleven o le digan? ¿Eres de los que aportan soluciones a situaciones o de los que se funden en un valle de lágrimas y quejas?

La experiencia me dice que cuando tenemos las riendas de nuestra vida bien tomadas, disfrutamos de ella. Para mí, personalmente, el placer de conducir un coche me confiere el placer de creer controlar una situación o vehículo, la satisfacción de ir a la velocidad que más oportuno crea, el capricho de escoger la ruta más adecuada para el momento y sentirme útil de manejar el coche en sí. Es más, me hace sentir la libertad de no depender de nadie para llegar a un sitio y saber que la compañía y las sugerencias siempre son gratas. Y quien habla de un coche habla de su trabajo, de sus aficiones, de sus amistades.

Si en la vida nos gusta llevar las riendas de aquello que conocemos y dominamos, de aquello en lo que nos sentimos seguros, ¿por qué no tomar la iniciativa en aquello en lo que no nos hace sentir bien? ¿por qué no ser solución a nuestros propios problemas e inseguridades?

¿Qiuén quiero ser yo, una solución o una carga para mí y para los demás? ¿Que aportó hoy en día a los momentos grises de la vida, más color o más negro?