2/8/10

Objetivo en la mente



Cuando oyes o lees a personas que han estado en el umbral de la muerte y que consiguen sobrevivir suelen coincidir todos en que "a partir de ahora" vamos a vivir mucho más plenamente, centrados en lo que es importante, saboreándo la vida a cada paso y no dejando cuentas pendientes de las que podamos arrepentirnos al final de nuestros días de no haberlo hecho y de haber malgastado malamente la vida.

Stephen Covey propone para ello en que nos situémos en el día de nuestro funeral y tomáramos consciencia de qué nos gustaría que dijeran nuestros familiares, nuestro amigos, nuestros compañeros de trabajo y nuestros vecinos o colaboradores. ¿Por qué? Pues porque en el fondo representa nuestras expectativas encubiertas de cómo nos gustaría que fuera la vida o de lo que nos gustaría alcanzar en ella. ¿Te atreves?

El objetivo no es otro de saber y de tener claro hacia donde vamos y hacia donde queremos ir. La muerte y el saber que nos quedan tan sólo unos días, semanas, meses o años no ayuda a vivir con mejor calidad de vida, sabiendo escoger entre lo esencial, fundamental o importante y lo banal, superficial, accesorio o intrascendente.

Te propongo que escribas en un papel los cuatro epitafios que te gustaría que te dedicaran los miembros de ti familia, tus amigos, tus compañeros y tus conocidos, y después que te preguntaras: ¿Va mi vida en esa dirección? Si va, ¡fantástico! Y su no, ¿por qué no encaminarse hacia esa meta?