6/8/10

Un plan por escrito



Para los que solemos poner nuestros pensamientos por escrito el hecho de escribir no es tan sencillo. Podemos dejar que la pluma fluya de una palabra a otra expresado nuestras vivencias, nuestros sentimientos o simplemente nuestras ideas, creencias o valores. Una vez que acabas de escribir y relees todo lo que has plasmado en la hoja de papel llegas a ver como una expansión de lo que crees que eres, de cómo te ves y de cómo te sientes de una manera más distante, de un modo más frío, si cabe, al punto de que lo que has escrito te hace ver de forma más clara y concisa lo que eres y hacia donde vas.

¿Qué pasaría si cada uno de nosotros escribiéramos de forma clara y concisa lo que pretendemos de nosotros mismos y del objetivo que queremos alcanzar?

¿Cómo nos sentiríamos su viéramos plasmada en una hoja de papel la ruta a seguir para alcanzar nuestra meta, nuestro objetivo como si de un mapa de carreteras ó una receta de cocina se tratara?

Escribir, dejar plasmado lo que queremos vivir, ver, escuchar, sentir es comenzar a vivir ese sueño dejando que se mueva dentro de nosotros mismos y haciéndonos ser lo más concretos posible. Además, son palabras que tienen más posibilidades de que no se las lleve el viento.