5/10/10

Resulta curioso



Resulta curioso que cuando alguien nos pregunte sobre como nos gustaría vivir de aquí a cinco años y de forma concreta nos cueste responder, nos tengamos que poner a pensar y, que sobre todo, seamos muy cortos a la hora de encontrar diferentes medios para lograr lo que queremos.
Vivimos al día, tanto en lo económico como en las expectativas, así como en las ilusiones. Es como si nos rindiéramos ante las muchas posibilidades de ver cumplidos nuestros deseos e ilusiones. Sobrevivimos en vez de vivir.
Cuando le muestras a alguien que es posible el alcanzar objetivos, cuando son conscientes de las posibilidades que tienen, cuando llegan a creérselo y se ponen en camino, lo primero que se nota es un cambio en los ojos. Las pupilas se dilatan y la mente se pone en el punto de llegada. Sientes su respiración más pletórica y tranquila. En su cara dejan ver una sonrisa complaciente como la del que ha encontrado la llave del tesoro.
Tenemos que recobrar la ilusión y la creencia sobre nuestra propia utopia, utopia que no la es desde el momento en que damos pasos concretos por pequeños que sean, pues cada paso es de pie si un gran alimento para el que lo da; es un paso, una pequeña victoria, un logro, un crecimiento, una superación personal que nos hace sentir vivos, creciendo y en continuo proceso de crecimiento.
No dejemos de soñar y de dar pequeños pasos, por insignificantes que sean.

Por curiosidad



Nunca es malo pararse por un instante en la vida y hacerse una pequeña pregunta a responder tranquilamente sobre la marcha para ver por donde o como caminamos por la vida en búsqueda de objetivos claros y precisos. Muchas veces me encuentro con gente que dice hacer muchas cosas para lograr los objetivos y cuando le haces esta pregunta, escriben la respuesta y la cotejan se quedan con cierto aire de desencanto, no en cuanto a la pregunta, sino a lo que ellos creían que estaban haciendo en pro de lo que realmente querían conseguir.

La pregunta en cuestión es: ¿Qué hice en el día de ayer? Desde que me levanté hasta que me dormí, ¿qué hice en el día de ayer? Y me refiero a un día normal y corriente.Si somos claros y detallistas habrá una gran lista que podría escribir, porque el día tiene para hacer, y de hecho las hacemos, bastantes cosas. Y si somos detallistas nuestra lista podría ser de 30 a 40 o 50 cosas diferentes: levantarse, lavarse, preparar el desayuno, etc, etc.

Una vez que tengo el gran listado lo leo y coloco y me pregunto cual de todas esas actividades realizadas me ayuda a conseguir las metas que me he propuesto. Las marco, las subrayo, los coloreo o las identifico como quiera, pero una vez identificadas de forma visible de dejarán ver si he hecho algo, poco o mucho en mi camino hacia lo que quiero conseguir a nivel personal, familiar, social, económico, laboral o espiritual que me permitan alcanzar esos objetivos, sueños o metas. Si tengo subrayado poco tendré que estar un poco más atento.