11/4/11

El miedo a la libertad



La libertad es uno de los grandes valores que proclamamos y que al mismo tiempo exigimos, pero ¿somos conscientes de todo lo que la libertad trae consigo? Lo digo porque la libertad va mucho más allá de lo que el concepto político pueda dejar entrever. El teme de la libertad es tan viejo como la humanidad. 

¿Somos en realidad libres? ¿En una sociedad en la que buscamos asegurarnos de una u otra manera una estabilidad económica, personal, afectiva, social, laboral, etc. cuántas veces somos capaces de renunciar a ese tipo de seguridades para vivir tal y como realmente queremos?

De vez en cuando salta la noticia de alguien que renuncia a un tipo de vida y se va a trabajar al tercer mundo, o que deja a un lado su vida opulenta para vivir el día a día en un caminar sin cesar por caminos desconocidos del mundo alejados del mundanal ruido.

Hace poco me enteraba de la decisión de una persona cercana a mí que teniendo trabajo fijo en una multinacional, cobrando un buen sueldo y con un montón de facilidades que le da la empresa ha decidido abandonar la empresa para hacer algo que le gusta: estudiar inglés y encaminarse hacia algo que le llena mucho más, la cooperación internacional.

No es fácil ser libre y tomar las decisiones que el corazón con su lógica particular te va mostrando. No lo es fácil porque buscamos seguridades que nos den tranquilidad en vez de incertidumbre. Lidiar con la inseguridad, la incertidumbre y lo que de repente puede ser diferente o inesperado nos pone contra la pared. Nos pone contra las cuerdas en las que tenemos que desarrollar todas nuestras cualidad y destrezas al cien por cien.

El canto a la libertad es un bonito canto pero lleno de incertidumbres e inseguridades. ¿Es realmente libertad lo que queremos?