23/1/12

Emociones: El miedo



El miedo es una de las emociones básicas en el ser humano que está, precisamente, al servicio nuestro para asegurarnos de una manera u otra la propia vida. Pero hay miedos y miedos. Unos son reales y otros imaginarios. Unos nos ayudan a sobrevivir mientras que otros nos frenan a la hora de crecer y alcanzar los objetivos que nos proponemos.

Un miedo es racional cuando el riesgo o la amenaza de peligro es tangible y probable, sin embargo, también sentimos miedos infundados, es decir, aquel que es irracional; provocado por la angustia y la imaginación. Éstos últimos son los que nos frenan y nos impiden crecer y vivir, además de generar una serie de sufrimientos en nuestras propias vidas innecesarios en la que caeríamos de acuerdo con El Diccionario de la Real Academia de la Lengua en una "una perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario. Recelo o aprensión que uno tiene que le suceda una cosa contraria a lo que desea".
  • El miedo como mecanismo de defensa, nos avisa de situaciones que pueden perjudicarnos y nos pone no solamente en alerta, sino que nos ayuda a prevenir cualquier tipo de prejuicio que pudiéramos tener en la vida. El miedo a inundaciones, por ejemplo, nos ayuda a tener las infraestructuras necesarias para que en caso de que se produzcan no hagan el daño más grande e incluso poder evitar. El miedo, pues,  tiene como función la de protegernos de algún peligro real, provocando que nuestro organismo active el estado de alerta. Gracias a él sobrevivimos como especie, pues nos permite reconocer situaciones que nos pueden poner en riesgo.
  • El cuerpo sufre cambios al encontrarnos en una situación de miedo: nuestro corazón palpita más fuerte, nos sudan las manos, y a nivel hormonal, producimos entre otras hormonas, la adrenalina. Más que preocuparnos deberíamos estar agradecidos pues nos pone en estado de alerta y nos pide "pensar" en como resolver dichas situaciones. Es una llamada a la creatividad, a la estrategia, a saber reaccionar.
  • Sentimos miedo al amor, a la muerte, al fracaso, al rechazo, a las pérdidas y a los cambios, por citar algunos. Con todos estos ejemplos nos damos cuenta que el miedo nos acompaña a través de nuestra vida y madurez, manifestándose sobre nuestras relaciones y nuestro futuro; es decir, cuando sentimos inseguridad. Pero también, muchos de los miedos que enfrentamos están basados en pensamientos que carecen de fundamento en la realidad, y están ligados a nuestra imaginación.

  • Es, precisamente, reconocer las señales del miedo la que nos tendrían que dar la serenidad suficiente para saber manejar el estrés que produce y tener la mente disponible para gestionar ésta emoción y generar respuestas racionales y adecuadas a cada situación
  • Fuerza interior, es uno de los frutos del miedo. Saber manejar las situaciones de forma realista, tener la confianza de poder sobreponernos a dichas situaciones y desarrollar los recursos pertinentes nos dan una gran capacidad de fuerza interior y de confianza en uno mismo hasta el punto de acercarnos a situaciones que pueden provocar el miedo y de querer asumir situaciones de riesgo.

¿Cómo siento el miedo?
¿En que situaciones he sentido miedo?
¿Era real o imaginario?
¿Qué aspectos muestra el miedo de mi propia personalidad?
¿Está relacionado mi miedo con mi falta de confianza en mi mismo?

“La cosa de que tengo más miedo es el miedo, 
porque supera en poder a todo lo demás”.

Montaigne