16/2/12

¿Y por qué me desmotivo?



Si la motivación es algo realmente importante a la hora de conseguir los objetivos, la desmotivación es el factor número uno para no conseguirlos. Por desgracia la desmotivación se apunta muchas veces como compañera de camino haciendo que perdamos de vista nuestros objetivos e ilusiones. ¿Por qué la desmotivación se adueña de nuestras vida?
  • El sentido de la vida y de las cosas. Puede parecer muy filosófico, pero es una realidad. ¿Para qué vivimos? ¿Para que estudiamos? ¿Para que trabajamos? ¿Para que traemos niños al mundo? En el fondo cuando las cosas tienen un sentido se vive con más alegría, ilusión, energía y vitalidad. Hoy mismo me daba la razón la experiencia de una madre que veía como a su hijo le costaba más que nunca el acabar las tareas del colegio. Cuando el niño supo que, de si acababa o no la tarea, iría con una amiga suya de paseo, no pasaron más de diez minutos en acabarla. La motivación se acrecentó porque había una ilusión de fondo. Aunque un paseo con una amiga no es el mejor ejemplo sirve para ilustrar que cuando hay motivos, la motivación hace el resto. ¿Te acuerdas de la película La Vida es Bella? Un padre en un campo de concentración con su hijo, que para que el hijo no sufra le oculta la realidad y juega a esconderse de los soldados. Cuando hay un motivo hay una motivación, y cuando hay una motivación ésta se convierte en ilusión y la ilusión en acción.
  • Otro de los motivos puede ser el sentimiento de incompetencia. El encontrarse ante una situación en la que uno no sabe defenderse puede hacer que uno se venga abajo. Veo que lo hago mal, que no salen las cosas como yo quiero. No obtengo resultados y los sentimiento de incompetencia e inseguridad se apoderan de uno. ¿Qué hacer en estos casos? Tal vez no mirar tan lejos y si más corto. Si me propongo correr 10 kilómetros y abandono a los 500 metros lo mejor tal vez será ponerme una meta de correr primero 500 metros, y cuando lo consiga proponerme después los 750 metros. Descomponer el gran objetivo en pequeños objetivos que se puedan alcanzar de mejor manera afianzará la confianza en mí mismo y no me hará sentir incompetente, ya que los pequeños logros los voy consiguiendo. Es más fácil adquirir competencia en pequeñas cosas que en todas de golpe.
  • Carecer de autonomía. Muchas veces dependemos de los demás. No confiamos en nosotros mismos. Nos cuesta creer en lo que podemos conseguir. Tener el convencimiento de que "sí puedo hacerlo y por mi mismo" es fundamental. Tal vez lo intente al principio a escondidas. No importa, lo importante es hacerlo. Tal vez tenga que fijarme en cómo lo hacen otros. Tampoco importa. Nunca está de más el aprender de los demás, somos seres interdependientes y además nos complementamos unos a otros.
Y todo se queda en preguntarse por el sentido de la vida y del porqué de lo que uno hace, en preguntarse como puedo adquirir esa competencia que me falta y el creer en mi mismo. La ilusión, la energía y la motivación serán nuestras compañeras de viaje.