27/2/12

Construyendo la responsabilidad



Quiero conseguir unos objetivos pero siempre me encuentro con los mismos obstáculos, y lo peor de todo es que no vienen de fuera, sino desde mi propio interior. Se trata de la falta de responsabilidad hacia los pasos que tengo que abordar cada día. Llámale falta de constancia o como quieras, pero una y otra vez veo que fallo en lo mismo, en saber ejecutar los pasos precisos para adelgazar, dejar de fumar, tener una buena comunicación o entregar mis tareas a tiempo. Es la falta de responsabilidad. ¿Cómo puedo desarrollarla?

Clarificar lo que realmente queremos. Es posible que detrás de la falta de responsabilidad existe una falta de motivación real del poequé queremos conseguir las cosas. No es lo mismo que queramos alcanzar un objetivo porque es parte de una necesidad propia e interior o porque es una demand que se nos hace desde fuera de nosotros mismos. Es por ello que el tener claro el qué queremos, el porqué lo queremos y lo que va a suponer en nuestra vida a nivel personal y a otros niveles como el profesional, económico, familiar, social, etc.

Entender lo que hacemos. Es seguir un poco la linea de lo anterior. Cuantas veces vivimos valores, asumimos costumbres y nos involucramos en proyectos que no entendemos ni el porqué ni la posible repercusión que va a tener en nuestra vida. Cuanto más entendamos, más valoraremos y cuanto más valoremos más nos involucraremos en el proyecto que asumimos o tenemos en nuestras manos.

Visualizar lo que queremos, y si es de una manera global, mejor que mejor. La visualización nos permite que vayamos saboreando los resultados de antemano y que al mismo tiempo nos sirva de estimulo y motivación. La visualización permite alinear el cuerpo y el espíritu. Nos permite mantener las formas, las actitudes y la ilusión necesaria para que el norte siempre estén resiente en nuestras vidas.

Compartirlo con aquellos que pueden apoyarnos y alejarnos de las fuentes que nos quitan las energías que podemos tener a nuestro alrededor. Hay muchas personas que no creen ni apoyan a nuestros proyectos. Hay que saber tomar distancias prudentes, pues lo negativo o la negatividad de las personas tiende a contagiarse de forma increíble, sobre todo si hay cierta dependencia o afinidad emocional con esas personas. Cuidar los sueños y los proyectos requiere de saber protegerlos de aquellos que no los comprenden o apoyan. No te olvides de aquello que dice, dime con quien andas y te diré quien eres.

Juntarse con gente que vive la responsabilidad, no como obligación, sino como vocación nos ayudará a vivirlo de forma mucho más positiva y eficiente. El efecto contagio funciona y anima. Si los ladrones de sueños nos perjudican, los responsables nos animan y enseñan. Es por ello que muchas veces todo consiste en crear circunstancias que nos ayuden a ser responsables e incluso el saber elegir a las personas que nos acompañen por el camino de la vida.

Reconocer y aplaudir todos y cada uno de los pasos es importante. No necesitamos vanagloriarnos, pero si saber felicitar y felicitarnos por los pasos que sabemos dar y en los que conseguimos algo productivo. Es saber disfrutar y hacer disfrutar a los demás de los procesos, y que estos son en sí más importantes que los resultados en si.