29/2/12

Responsabilidad, Motivación y Circunstancias



Oigo muchas veces hablar que la suerte consiste estar en el momento adecuado en el lugar adecuado. También recuerdo que hay un cuento que habla de alguien que mandó arreglar una máquina, vino el mecánico, lo vio, apretó una tuerca y pasó la factura: 1.600.00 €. La persona que había pedido arreglar la máquina quedó sorprendida del arreglo y del coste de éste, por lo que le pidió al técnico que le especificara en la factura el coste total y el desglose de dicho coste, a lo que el técnico no dudo nada y le puso en la factura: Coste del tornillo.... 1.00€. Saber que tornillo apretar 1.599.00€.

Entre la suerte y la buena suerte hay una gran diferencia. La suerte es puro azar y no siempre uno está al alcance de ella. De hecho podemos esperar toda una vida para que nos toque la lotería y tener muchas posibilidades de que no nos toque. Podrían transcurrir otras tantas vidas sin que ello sucediera. La Buena Suerte, por el contrario, no es fruto del azar, sino del trabajo, de la preparación, del esfuerzo y de las habilidades que uno pone para que todo eso confluya en una sola cosa: el éxito.

Son muchos, por ejemplo, los jugadores de fútbol que están en el sitio adecuado, en el momento adecuado y no consiguen meter tantos goles como otros. Es por ello que la Buena Suerte es algo más que saber estar en el sitio y en el momento adecuado. ¿Cuál es el secreto? Pues simplemente saber crear las circunstancias adecuadas para que todo confluya en el mismo lugar y momento, sabiendo aplicar el resto, las habilidades.

Ello nos lleva a saber tener en cuenta todo lo que es necesario para que algo sea fructífero. Así como hay un tiempo para sembrar, hay otro para regar, otro para proteger del sol y de la lluvia, otro para obtener las temperaturas ideales y otro para cosechar, como otro para vender. Todo tiene su tiempo, su espacio, su preparación. El éxito no viene por casualidad sino a través de la preparación, muchas veces al detalle, y del esfuerzo que hay que dedicarle a lo que queremos conseguir, tal vez hay que ponerle, como canta la canción, alma, corazón y vida a lo que queremos conseguir, sin olvidarnos de la cabeza y de la planificación consciente y detallada.