28/3/12



¿Te has fijado alguna vez en la fuerza de los huracanes o tornados? lo más curioso es que que áboles que aparentemente parecen fuertes aparecen arrancados de cuajo en medio de los caminos. En cambio, otros que parecen más debiles se mantienen en pie. Entre unos y otros existe una diferencia que marca la diferencia: la flexibilidad. Cuando veo el contorsionismo que practican algunas personas, el ballet, la gimnasia rítmica e algo que me sorprende y fascina.

Pero más fascinante es poder alcanzar esa flexibilidad y agilidad a la hora de tratar muchas actitudes y posiciones que adoptamos en la vida. La intransigencia nos pasa factura en los negocios, en las relaciones interpersonales y, sobre todo, aq nivel personal.

La infleibilidad puede dar la impresión de alguien con personalidad, con carácter y con gran seguridad en si mismo. La flexibilidad, por el contrario, ha tenido la imagen de falta de personalidad, de permisividad y de debilidad, mientras que hay otros que ven la parte positiva de generosidad, empatía y de un término que cada vez se usa más, el ganar - ganar.2

Qué pasaría si somos flexibles en nuestro negocios y relaciones interpersonales, o incluso en la superexigencia que a veces tenemos con nosotros mismos? ¿Qué repercusión puede tener la flexibilidad en nuestras vidas? ¿Gano en libertad? ¿Doy más libertad a otros? ¿Pongo a prueba la confianza en mi mismo? ¿Se acrecienta mi sentido de pertenencia a este mundo global en el que habito?

Detrás de la falta de flexibilidad pueden esconderse cantidad de complejos y de faltas de autoestima, cantidad de inseguridades que intentamos atajar apoyándonos en esas muletas externas que sirven de falsas seguridades.

En la flexibilidad todos ganamos, especialmente a nivel psiquíco, es una fuente de bienestar, incluso para los que nos rodean.