11/9/12

¿Puedo cambiar mi forma de pensar?



Hay una canción de Roberto Carlos que me ha hecho pensar en innumerables ocasiones. Oímos consejos, observamos puntos de vista y modelos de vida diferentes y en medio del desconcierto seguimos actuando de la misma manera. A veces las consecuencias son terribles pues vivimos en un mundo de insatisfacción y vemos que no somos capaces de aportar nada. Vivimos instalados en la monotonía de "lo malo conocido, que lo bueno por conocer" y nos perdemos el asombroso deleite del viajar por la vida que ésta misma nos ofrece. ¿Es posible cambiar nuestra manera de pensar, de percibir la realidad o de interpretar los acontecimientos? Hace unos minutos una persona con un problema serio de salud me comentaba que no le quedaba otra cosa que aceptar su situación a lo que yo le añadía una pequeña postilla: piensa en lo que puedes hacer desde la situación en la que estás.

Aprovechando los Juegos Parlimpicos, le dije, piensa que toda la gente que allí está participando lo hacen partiendo de una situación que se han encontrado en la vida y desde esa situación se han preguntado lo que podían hacer. Unos llegan a competir, otros a ganar y otros simplemente a mejorar su situación. El común denominador es que parten desde lo que son, de lo que tienen y de lo que pueden hacer. ¿Cómo conseguirlo?

  • Cuestionando las ideas negativas que a veces nos vienen a la mente. No por quejarse resolvemos los problemas. Cuestionarnos nos lleva a preguntarnos, y la pregunta nos abre a nuevas respuestas.
  • Cuestionar nos lleva a cambiar de posición, a abrir nuevos caminos, a investigar nuevas posibilidades. Zaqueo no podía ver a Jesús porque era pequeño y la casa donde estaba Jesús estaba llena de gente. ¿Qué hizo? Subirse a un árbol para poder verlo, Es decir, cambió de perspectiva. Yo puedo cambiar mis hábitos. En vez de ir por el mismo sitio puedo ir por uno diferente. En lugar de sentarme en la misma silla todos los días, ¿por qué no cambiar? En vez de leer el mismo periódico o ver las noticias en el mismo canal, ¿por qué no cambiar? Los cambios, sobre todo de actitudes, producen otros cambios muchos más profundos y sin que nos demos cuenta.
  • Nuestra manera de pensar proviene de nuestra educación, de nuestro ambiente, de nuestra época, de nuestras relaciones, de la religión que profesamos, de los medios de comunicación por los que nos dejamos influenciar y por otras tantas fuentes. A veces nos aferramos a ideas y tendencias de forma inconsciente y sin cuestionarlas. ¿Qué pasaría si las cuestionáramos, si las cambiáramos? Muchos de los adelantos y servicios que tenemos hoy en día se han dado a raíz de haber sido cuestionados los precedentes.
Abrirse a lo nuevo y a lo diferentes, que no quiere decir que tengamos que aceptarlo y asumirlo a ojos cerrados, nos lleva a ampliar nuestras miras y sobre todo a sacar conclusiones propias que nos pueden ayudar a conseguir resultados diferentes como bien decía Einstein.