13/9/12

Mentiras y Confianzas



¿Cómo reaccionamos cuando alguien nos miente? La verdad nos llevamos una desilusión. La imagen de la otra persona puede llegar a bajar en picado y nuestra confianza ante ella puede verse reducida en una gran cantidad, al punto que muchas veces cuesta recuperarla. En nuestra retina siempre estará la imagen de la otra persona pero, ¿podemos hacer algo más?

Es cierto que por una parte está la persona que nos engaña. El hecho de que nos diga algo que no es verdad, que nos oculte algo que nos pueda herir, que evite una posible confrontación con nosotros es algo que puede tener que ver con la autoestima de la persona en cuestión. A mayor número de mentiras es más bajo el nivel de autoestima que la persona puede tener. La mentira busca que el agrado y la aceptación permanezcan a pesar de enmascarar la verdad de una manera u otra.

Pero hay otra realidad en la que no solemos pensar y que muchas veces hace posible que la mentira se de y que, ciertamente, no excusa en modo alguno al que miente. Me refiero a la capacidad de dar confianza a los demás para que se abran totalmente a nosotros con toda claridad. La intolerancia que muchas veces mostramos a todo aquello que no nos agrada, que no coincide con nuestras ideas y que no se alinea con nuestros valores hace que cerremos la puerta a la confianza que otros puedan depositar en nosotros.

Las formas en cómo reaccionamos muchas veces pueden parecernos normales a nosotros, pero sabemos que es muy cierto que las personas somos muy susceptibles y que nos dejamos herir por las formas utilizadas por otros. La confianza se gana, no es gratuita. Uno no se abre a otro de la noche a la mañana. Es el resultado de una comunicación y de pequeños depósitos emocionales que se van haciendo día a día.

Es por ello que la confianza ganada no es cosa de una persona, sino de dos o más. Cuando la mentira salta a la vida real hay dos cosas y no solo una que tenemos que preguntarnos: El porqué de la mentira del otro, ya que siempre habrá una razón u otra, muchas veces tendrá que ver con su propiua autoestima, y la capacidad mía de dar esa confianza, ya que muchas veces podremos invitar a ella y otras, en cambio, invitaremos a todo lo contrario con nuestras actitudes.

La confianza y la mentira no siempre es cosa de uno, sino de todas las partes en las que uno interviene.