24/10/12

Aprovechando las circustancias



Hoy me ha pasado algo realmente curioso. Ayer llegué de viaje de la península donde tienen un horario diferente al del lugar donde vivo. El despertador sonó como cada mañana, me desperté, me levanté y desperté a la niña para ir al colegio como cada mañana.

Cuando salí de casa estaba muy oscuro. No había ningun vecino alrededor. Miré el reloj y vi que la hora era la correcta. Entré en coche y vi que el reloj  del coche marcaba una hora diferente. Era una hora mucho más temprano que lo habitual.

Así y a todo decidí subirme al coche con la niña e ir hacia el colegio. Siempre habría la oportunidad de hacer algo nuevo o diferente en vez de lamentarse por no haber cambiado la hora del reloj nada más llegar al aeropuerto, cuando generalmente el reloj lo hace de forma automática.

De camino hacia el colegio nos paramos en la playa, caminamos un buen rato hablando después haber estado 15 días ausente por motivos familiares. Hablamos largo y tendido e incluso vimos salir el sol juntos. La niña estaba contenta de caminar, de hablar, de ver el mar y de ver salir el sol. Incluso mencionó la posibilidad de levantarse siempre un poco antes para caminar. Caminar a la salida del sol era una experiencia nueva para ella.

Las circunstancias de la vida muchas veces son oportunidades para experimentar y apreciar algo nuevo  y diferente. Podemos lamentarnos de errores, descuidos o pequeños fallos que podemos tener, pero mientras nos quedamos en ese tipo de actitud no nos damos cuenta de que podemos aprovechar esas circunstancias para poder sentir y experimentar algo nuevo.

Dicen que las cosas no suceden por casualidad y, aunque no creo realmente en eso, si se que por casualidad no se aprovechan las circunstancias sino más bien que éstas se aprovechan por estar atento a ellas y estar abierto a lo que tú en ellas puedes hacer.