16/1/13

Dejar...........


Me encontré esta frase por el Facebook y me llamó la atención. Primero por la foto. La mano que sale del agua en busca de aire, de ayuda, de vida. Estéticamente me encanta la foto. Luego repare en el contenido, las posibilidades de elección que tenemos ante las circunstancias negativas de la vida.

¿Dejamos que nos marquen? ¿Cargar con el dolor todos los días y épocas del año? ¿Sentirse victimas de las circunstancias y de los demás? 

¿Dejamos que nos destruyan las malas experiencias y pasamos por la vida como muertos vivientes?

¿O sacamos el coraje y el orgullo que llevamos dentro para embestir la vida con fuerza?

La respuesta depende de pocas cosas, del sentido que le demos a la propia vida, a nuestra existencia, del papel que cada uno de nosotros cree que tenemos que desarrollar y de lo que realmente creemos que podemos llegar a dar desde nosotros mismos.

Nunca olvidaré la parábola del Hijo Pródigo, el momento en el que hijo ya comía hasta la comida que le echaban a los cerdos. Mala experiencia, pero buen momento para pensar y buscar salida. No era el momento para seguir comiendo la comida de los cerdos y sentirse hundido. No. Era el momento de pensar donde podía estar mejor. Y lo hizo. No se dejó llevar por el sentido del victimismo, ni de la culpabilidad ni del fracaso. Se dejó llevar tan sólo por la situación que quería alcanzar.

Y cuando tenemos claro lo que deseamos no importa el sentimiento de fracaso, ni el complejo de inferioridad por haber fallado. Cuando hay una ilusión y esa ilusión la ponemos en la mente, y de la mente la pasamos al corazón, es ahí cuando nos sacudimos el peso de la mala experiencia y caminando ligeros de equipaje conseguimos respirar aire limpio y transparente y recobrar la ilusión y la sonrisa de los labios.

"Lo que no mata, engorda", decimos. Lo que nos ha hecho o hace sufrir sirve para fortalecernos y conseguir nuevas herramientas para salir del hoyo. Y en nuestra mente tan sólo debería haber una frase que continuamente nos golpeara: ¡SI PUEDO!