1/2/13

Dos oídos y una boca




A veces, 
de lo que más nos quejamos de nuestra pareja, 
es precisamente aquello que nos enamoró...

Dr. Vázquez

Me la encontré hoy por Facebook y la ponía Sergio Fernández que preguntaba qué nos parecía esta afirmación. Y la verdad es que la frase no está nada mal. No se que opinais vosotros, me gustaría saberlo. Yo dejo por aquí mi pequeña reflexión.

¿Permitir que uno sea lo que es, es una amenaza para mi persona? ¿Tras el roce diario nos molesta que el otro siga creciendo cuando aparentemente yo no lo hago? ¿Aquello que me encandilo a mí es algo que puede dejarme en un segundo plano?

Cada pareja es un mundo, un mundo en el que hay formas de ser y al mismo tiempo hay necesidades. No somos perfectos, tenemos carencias. Al ser conscientes de nuestras carencias las fortalezas de la otra persona, ¿representan una amenaza para mí?

Lo más normal es que si admiro algo de una persona, ese algo me ayude a admirarlo, valorarlo y me invite a crecer. Si no lo hace creo que el problema está en mí e incluso se convierte en un arma arrojadiza contra mí. No es tanto lo que me disgusta de otro sino más bien lo que me disgusta de mí.

No recuerdo quien dijo que aquello que no soportamos en los demás es un reflejo de aquello que no aceptamos en nosotros mismos. En la relación diaria, bien sea a nivel de pareja, de amigos o de trabajo, nos encontramos con nuestras limitaciones, y ello es algo que no nos gusta. Esto lo podemos proyectar en otras personas y a partir de ahí hay una ceguera total a nivel de relaciones que creo se hace difícil llevar si no hay una gran sinceridad hacia uno mismo.

Por otra parte no se si se pudieran generar cierto tipo de celos, carencias afectivas, complejos de inferioridad, baja autoestima al ver que la otra persona vale más que yo. No lo se. Ésta es mi pequeña reflexión, que piensas tu?