27/6/13

¿Por qué reacciono así?



Siempre me ha impresionado el saber que ante un mismo acontecimiento unos reaccionan de una manera y otros reaccionamos de otra. Si el acontecimiento es el mismo, ¿por qué diferentes respuestas? Es la interpretación que le damos a cada hecho. No es el hecho en sí lo que tiene importancias, sino lo que el hecho significa para nosotros o los pensamientos que generamos para entenderlos.

Lo que para unos representa una oportunidad para otros representa una desgracias. Para quienes algo forma parte consustancial de la vida para otros es un drama. ¿Por qué? Hay una fabula india que lo representa muy bien y es aquella que cuenta que uno jefe indio estaba compartiendo con unos niños que tenía dos lobos dentro de sí. Uno representaba el bien, el amor, la bonda, la belleza, la justicia, etc. Otro, por el contrario, representaba el mal, el odio, el rencor, la venganza, el pesimismo, etc. 

¿Cuál de los dos ganará?, preguntó un niño.

El que más tu alimentes, le respondió el jefe indio.

La realidad es esa, cada día alimentamos nuestros pensamientos. Forjamos miles de imágenes con las que llegamos a identificarnos. Nosotros somos los que elegimos lo que pensar, si lo positivo o lo negativo, si el optimismo o el pesimismo, si la positividad o la negatividad. Somos nosotros mismos los que alimentamos la mente de ideas que nos ayudan a generar confianza, autoestima y calidad de vida o los que, por el contrario, elegimos el camino de la derrota, del pesimismo.

¿Somos consciente de lo que pensamos? ¿De la calidad de nuestros pensamientos? ¿De si apuntan hacia lo que queremos conseguir o más bien nos apartan de ello?

Me resulta curioso que estos días veo como gente que se alimentan de programas críticos sobre la realidad politica y social de España siguen el mismo tono: la crítica, la frustración, la desesperanza y, por desgracia, no aportan actitudes, soluciones u oportunidades para un cambio profundo a nivel personal y social. Al final somos lo que pensamos, y lo que pensamos lo elegimos nosotros y nadie más.




Algunas frases de T. Harv Ecker, autor de "mente millonaria", pero que se pueden aplicar al mismo éxito en la vida, en la felicidad y bienestar personal.

  • Si quieres cambiar los frutos, tendrás que modificar primero las raíces. Si quienes cambiar lo visible, antes deberás transformar lo invisible.
  • Invierte tiempo y esfuerzos en alimentar tu mente con afirmaciones positivas, y eso se acabará manifestando en tus ingresos.
  • Entrenar tu propia mente y mandar sobre ella es la habilidad más importante que puedes poseer, tanto en términos de felicidad como de éxito.
  • la mejor inversión que puedes hacer es la de tu transformación mental; cambiar unas creencias (las limitantes) por otras (las posibilitadoras).
  • Si crees que vales poco, aceptarás esa creencia y provocarás que en tu vida nunca haya suficiente. Sin embargo, si crees que vales mucho, validarás esa creencia y crearás mucha abundancia. ¿Por qué? Porque el “mucho” será tu raíz, que después se convertirá en “mucho” en frutos».
  • El secreto del éxito no es tratar de evitar los problemas  ni deshacerte de ellos; tampoco acobardarte ante ellos. El secreto es crecer tú de forma que seas más grande que  cualquier problema.
  • La comodidad es el recurso del cobarde.
  • La comodidad es el recurso del cobarde, de aquel a quien le gustaría hacer muchas cosas, pero que no se atreve a hacerlas por miedo. Y esa actitud genera mucha frustración. El crecimiento personal siempre está asociado a una cierta incomodidad, a una cierta tensión entre lo que uno es y puede llegar a ser. El verdadero crecimiento llega cuando uno está dispuesto a desafiar su zona de confort.
  • «Si estás dispuesto a hacer sólo lo que sea fácil, la vida será dura. Pero si estás dispuesto a hacer lo que sea duro, la vida será fácil. Si tu meta es estar cómodo económicamente, lo más probable es que jamás te hagas rico; si tu meta es ser rico, lo más probable es que acabes estando inmensamente cómodo».
  • La mayoría de la gente plantea mal las preguntas: la  cuestión no es «cuando me sobre el dinero, comenzaré a gestionarlo», sino «cuando comience a gestionarlo, me  sobrará el dinero».
  • «Los ricos ven una oportunidad y se abalanzan sobre ella. Y ¿los pobres? ¡Ellos siguen preparándose!».