5/7/13

La ilusión, algo más grande que el miedo.



Escuchaba hoy a varias personas hablar sobre el miedo y como el miedo es algo que nos acompañará en nuestra vida y al que le tenemos que hacer una especia de hueco. Es algo que me genera dudas. Permitir que el miedo sea mi acompañante de por vida no se si me ayudará a afrontar retos, a vivir con serenidad la misma vida o a tener que mirar constantemente hacia el como eterno acompañante a quien tengo que pedirle permiso para cada paso que doy.

En experimentos de tipo psicológico se le ha pedido a personas de no pensar en algo concreto, por ejemplo, elefantes blancos. Absolutamente ninguno de los voluntarios que hicieron el experimento consiguió no pensar en elefantes blancos. Basta que queramos negar algo en la vida para que ese algo se revele contra nosotros mismos y la convivencia con ese algo, o alguien, se convierta en una experiencia desagradable. Hasta cuando batallamos con el insomnio llevamos todas las de perder. Nada como aceptar la realidad para quedarse dormido. Tal vez, y si es en este sentido, pueda comprender que hacerse amigo o compañero del miedo pueda ser algo beneficioso. Tal vez el roce y la confianza con el miedo le quiten todo el peso que pueda llegar a tener en nuestra toma de decisiones.

Pero cuando hay que tomar decisiones de verdad y el miedo está ahí presente no creo que mirar hacia el miedo sea algo realmente fortalecedor y que ayude a dejar el miedo atrás. El miedo solamente es útil cuando nos alerta de un peligro real, pero no cuando fortalece cantidad de creencias un tanto extrañas y sin fundamento.

Creo, y desde mi punto de vista y experiencia personal, que el miedo se vence más facilmente cuando hay una ilusión, un deseo, una pasión y un objetivo que llena la vida de uno mismo. Es por ello que fijarse en objetivos positivos y que llenan de sentido y de alegría nuestra vida nos absorberán de tal manera que el miedo quedará minimizado al lado de aquello que queremos conseguir. No es que tengamos que ignorar los riesgos y las posibles consecuencias del paso que damos, pero cuando la motivación es más fuerte que el miedo es mucho más facil tomar decisiones porque el objetivo a por el que vás es mucho más fuerte y gratificante que aquello que puedes perder, y porque la ilusión será tan grande que el miedo perderá gran parte de su eficacia.

Es cierto que el miedo, como emoción primaria de los humanos, está ahí para protegernos o para frenarnos, y que nos acompañará, queramos o no, a lo largo de nuestra vida. Otra cosas es donde yo quiera fijar mi atención y basar mis decisiones, sobre todo aquellas que son importantes. Recordemos que el 80 por ciento de los miedos que tenemos son a situaciones que nunca van a suceder. Seguro que si la ilusión es grande, el miedo se hace pequeño.