9/7/13

Las ideas perdidas



¿No has tenido nunca la experiencia de poder aportar una idea que se pedía y que por miedo al rechazo, al ridículo o a no saber como plantearla dejaste de aportarla? ¿Y qué sucedió cuando poco después, dias, semanas o meses o incluso dentro de la misma reunión alguien la ha aportado y fue aceptada? ¿Cómo se te ha quedado el cuerpo? ¿Con qué sentimientos te has quedado?

Yo, personalmente, unas veces me he callado, otras las he aportado, y de las que las he aportado una vez he visto como han sido aceptadas, otras como han sido rechazadas, unas veces como he seguido por mi propia cuenta y riesgo y me he dado de narices y otras las he conseguido. Pero lo importante y como dice el dicho popular: el no siempre lo tienes, el sí hay que conseguirlo. si no lo intentas, no lo consigues.

A mi, personalmente, como a otros muchos y me imagino que a tí también, me ha ocurrido. Y la verdad es que se te queda cara de tonto por haber desaprovechado una oportunidad o porque al haberla dejado ir has comprobado por tí mismo la falta de confianza que tienes, y la falta de credibilidad en lo que puedes aportar.

La conclusión es esa, que nos falta fe en nosotros mismos, confianza en aquello que podemos aportar y fe en que podemos alcanzarlo. Tal vez porque creemos que es una meta muy grande y posiblemente nos sobrepasa pero, ¿cómo es posible que otros hayan podido realizarla y llevarla a cabo?

A veces tenemos que pecar de ingenuos y de valientes, porque no todo el mundo lo es y, precisamente es esa valentía la que hace que podamos marcar la diferencia. ¿Sabes que de ideas ingenuas, aparentemente, han surgido otras mucho más importantes? ¿Has observado que lo importante ha nacido de una pequeña semilla que ha comenzado en la mente inquieta, absurda y sin sentido, muchas veces rechazada, de grandes personajes que carecían de importancia en su momento.

Yo creo que ninguna idea deberíamos dejarla escapar. ¿Qué hacer con ellas?


  • Lo primero escribirlas, es una manera de fijarlas en algún soporte de tal manera que no se pierdan.
  • Una vez escritas, ¿qué supone esa idea para mi y que supondría para la sociedad? ¿En qué me beneficiaría a mi y a los demás?
  • ¿Cómo podría llevarse a cabo? ¿Podría fijar algún plan? ¿Qué pasaría si el camino a recorrer lo voy dividiendo en pequeñas metas de tal manera que no sea algo tam ambicioso que me parezca imposible alcanzar?
  • ¿Donde puedo recabar más información que me pueda ayudar a ver la forma de conseguirla?
  • ¿Quién podría estar interesado en mi idea? ¿Quién podría echarme una mano a desarrollarla?
  • ¿Con quién podría compartirla que me sentiría apoyado?


Aquí te dejo con algunas frases de Ralph Waldo Emerson que pueden ayudar a no dejar de lado la confianza en nosotros mismos y la valía que tenemos como personas.
  • La confianza en uno mismo es el primer secreto del éxito. Si una persona perdiera la confianza en sí misma, tendría al universo en contra. En la confianza en uno  mismo están comprendidas todas las virtudes.
  • Carácter firme es aquel que puede pasar sin el éxito. Mantener una actitud de serenidad cuando la tormenta asoma, sin dejarse vencer por ella.
  • Sin ambición no se empieza nada. Sin trabajo y voluntad no se termina nada.
  • No ha aprendido las lecciones de la vida quien diariamente no ha vencido algún temor.
  • Meditar al atardecer, mirando las estrellas y acariciando a tu perro, es un remedio infalible para la vida. Si tienes éxito «exterior», pero no tienes éxito «interior», nunca estarás satisfecho.
  • Aunque viajemos por todo el mundo para encontrar la belleza, debemos llevarla con nosotros para poder hallarla.
  • El hombre grande es aquel que en medio de las muchedumbres mantiene, con perfecta dulzura, la independencia de la soledad.
  • Todo hombre que conozco es superior a mí en algún sentido. En ese sentido, aprendo de él.
  • En muchas ocasiones, la lectura de un libro ha hecho la  fortuna de un hombre, decidiendo el curso de su vida.
  • Saber que una vida ha transcurrido más fácilmente porque tú has vivido. Eso es haber triunfado. El ser humano tiene tres tipos de motivaciones: una motivación «extrínseca» (dinero), una motivación «intrínseca» (crecimiento y aprendizaje) y también una motivación «trascendente» (necesita sentir que contribuye a alguna causa). Esta última motivación es la que más satisfacción produce, la que da sentido a la vida, la que permite autorrealizarse.