11/9/13

Motivación y gestión de tiempo



"Tengo que conseguir unos objetivos diarios", me decía una persona en el día de hoy, "mejor dicho, mi equipo y yo tenemos que conseguir unos objetivos diarios de contactos con clientes y futuros clientes y no lo conseguimos; y el resultado lo vemos en las ventas", continuaba.

La verdad es que a veces los resultados dependen de saber gestionar el tiempo, pero la gestión del tiempo depende también no sólo de la organización, sino de la motivación que tenemos y de otras situaciones que pueden afectarnos: sentirnos quemados, no establecer prioridades de lo que queremos, no aceptar que los resultados son fruto de un proceso y que no siempre llegan cuando y como uno quiere.

Es importante el saber el porqué queremos conseguir algo. El "porqué" es parte de la motivación. Es la gasolina que nos mueve. Es aquello que hace florecer la ilusión y la alegría por lo que queremos conseguir. El "porqué" y como puede cambiar para bien nuestra vida y las relaciones con nuestro entorno es esencial.

Pero después del "porqué" están las dificultades. Cuando las vemos, ¿cómo nos sentimos ante ellas? La expresión que podemos reflejar en nuestra cara puede decirlo todo: puede ser un obstáculo, puede ser un reto; puede ser una fuente de desánimo, puede ser una fuente de ilusión. Pero tenemos que ser conscientes y realistas. Las dificultades internas y externas siempre van a estar ahí como queriendo fastidiarnos. La creatividad impera y se adivina otra pregunta importante: Ante las dificultades, "¿Cómo conseguir salvar los peros?"

El "cómo" es abrir puertas a posibilidades. Si ante una dificultad no nos preguntamos el "cómo" nos cerramos a la dificultad, al reto y nos conformaos con el obstáculo que permitirá que la frustración, el desánimo y la gestión del tiempo con sus prioridades se vayan a pique.

La frase motivadora del día, de la semana, del mes que esté a nuestro lado de forma constante para recordarnos por la mañana hacia donde vamos, y por la noche a donde hemos llegado. Una frase que no permita que nos distraigamos de aquello que perseguimos. Una frase que haga que cada día tengamos una meta, un reto, un paso que dar.

El éxito, como cualquier receta, tiene sus ingredientes. Y si falta alguno tal vez las cosas no salgan como uno realmente quiere. El éxito es fruto de un proceso, un proceso que otros han seguido y que nosotros podemos seguir. Y el proceso tiene sus ingredientes. Y todos tienen su lugar en el sabor de la meta que alcanzamos o queremos alcanzar.