5/11/13

Nos cuesta aprender



Siguiendo con Daniel Coyle me quedo con sus cuatro etapas para un buen aprendizaje:

  • Esfuerzo. La verdad es que aprender requiere esfuerzo, pero sobre todo cuando somos nosotros mismos los que nos ponemos esos límites, es decir, cuando lo encontramos divertido y queremos superarnos a nosotros mismos. Un claro ejemplo puede ser cuando los niños quieren pasar de un nivel de juego a otro, o cuando queremos,en mi lugar, añadir un largo más a la piscina o un kilometro a la caminata cuando hago ejercicio. Esfuerzo por superar los propios límites.
  • Implicación: Cuando somos parte de un equipo, cuando no delegamos las respuestas a otras personas, cuando nos sentimos parte del proceso, sentimos que formamos parte de algo, de un equipo, de un proyecto, de un aprendizaje, de una experiencia. ¿Qué pasa cuando te sientes parte de algo? No solamente recibes de exterior, sino que buscas el aportar y cuando lo haces te involucras y te identificas con ello. Es parte de de la emoción que tiene que despertar en nosotros todo aquello que aprendemos, sino aporta emoción tal vez es porque no lo entendamos y si no lo entendemos poco podremos implicarnos y por ello aprender de las situaciones.
  • Sentido. No hay cosa más aburrida que hacer algo que no tiene sentido. Trabajar por trabajar, estudiar por estudiar se hace más duro cuando no sabes los que haces, lo que estudias ni la importancia de ello. Cuando dotamos las cosas de un sentido, el sentido hace que nos impliquemos mucho más en los procesos, buscan y aportando cosas en aquello que nos sentimos involucrados,
  • Revisar, examinar, poner a prueba. Sí evaluar lo que hacemos y aprendemos nos hace constatar si lo dominamos o no, si lo tenemos claro o no. Una lección bien aprendida es aquella que puedes enseñar a otros. Los fallos, los errores son maneras en las que podemos profundizar mucho más en el proceso de aprendizaje. ¿Lo se? Lo pongo a prueba. ¿Acierto? Fantástico, ¿a por lo qué puedo ir ahora? ¿a donde me lleva lo aprendido? ¿He fallado? Rápidamente y sobre la marcha...., ¿dónde está el fallo? ¿cómo puedo corregirlo? ¿qué puedo aprender de él?
Siempre cabe preguntarse:
  • ¿En qué intento esforzarme cada día?
  • ¿En qué puedo superarme?
  • ¿Cómo noto mi nivel de implicación en lo que hago?
  • ¿Qué sentido tiene lo que hago?
  • ¿Puede tener un sentido más grande?
  • ¿A quién beneficia lo que hago?
  • ¿Cómo me beneficia a mí?
  • ¿Cómo podrá beneficiarme más?
  • ¿Donde puedo cambiar actitudes o pasos que pueden hacer más efectivo lo que persigo?