12/11/13

Aprender, Preguntar y tener criterio propio: fuente de salud y crecimiento.



Siguiendo con el libro de Joaquin Lorente, "Piensa es Gratis", 84 ideas prácticas para potenciar el talento me han llamado hoy la atención un par de sugerencias que me resultan importantes:
  • Cultivar el cuerpo y la mente. La cantidad de gente que se ve en los gimnasios o haciendo deporte por la calle es increíble. Las recomendaciones para mantener una buena imagen corporal es cada día más grande y si a ello le añadimos la importancia para mantener una buena salud que acabe con problemas como la diabetes, colesterol o enfermedades cardiovasculares la importancia del ejercicio físico se incrementa. ¿Y el cerebro, la mente, nuestro crecimiento personal? ¿Cuánto tiempo le dedicamos a ello? Tres consejos se hacen importantes al respecto si queremos mejorar nuestra vida emocional, nuestro crecimiento como personas además de prevenir enfermedades como el Alzheimer:
  • Aprender. Tener una gran curiosidad por la vida, investigar, estar abierto a lo nuevo y no conformarse con lo que se sabe. El cerebro necesita estimular las neuronas, y lo estimulamos en la medida en que leemos, aprendemos, cambiamos de situaciones y nos alejamos de la rutina que nos impide aprender cosas nuevas.
  • Preguntar. ¿Qué hacen los niños para aprender? Preguntar, preguntar hasta la saciedad. Incluso llega el momento en el que preguntan y nos ponen nerviosos porque no sabemos la respuesta. Eso es la vida. Hemos estimulado desde pequeños nuestro cerebro con preguntas que muchas veces parecían incordiar. Hay algo imprescindible, las preguntas tienen que buscar respuestas. La búsqueda de respuestas estimula el cerebro en busca de respuestas. 
  • Criterio. Intentar tener criterio, opinión sobre situaciones que nos afectan o que no llegan a afectarnos del todo pero que sí pueden afectar a otros. Decidir, posicionarnos o tomar partido nos ayuda a pensar y a tomar decisiones que muchas veces no podemos tomar de forma tan superficial. Asumir muchas cosas sin cuestionarlas, simplemente porque son parte de la tradición, de la costumbre o del sentido común, ¿no hace que nuestro cerebro se pare y no profundice en los aspectos de vida que muchas veces asumimos sin ni tan siquiera saber porque están ahí?