12/12/13

Levántate y andá.




He leído hoy en el Blogg de Juan Carlos Cubeiro un comentario sobre David Casino, atléta paralímpico español, ciego y medalla de oro en varios juegos olímpicos. La frase que leemos arriba me hace recordar un poco esos elementos que a veces no salen a la luz en la Iglesia cuando todos los Domingos se explica el Evangelio. Y lo digo porque el Evangelio, la figura de Jesús, es de un talante tal que para la inmensa mayoría de los cristianos es desconocida como desarrollo del potencial humano.

Con el ejemplo de David Casino me viene a la mente cuando el paralítico es curado en medio de una situación un tanto peculiar:
  • Lo llevan en camilla varias personas. (A veces necesitamos de los demás)
  • La casa estaba abarrotada y no podía acceder hasta donde estaba Jesús. (Nuestras creencias o las de la gente nos limitan)
  • Lo suben al tejado en la camilla. (Proactividad, inconformismo, se buscan otras salidas)
  • Lo descienden por un hueco hasta donde estaba Jesús. (Cambio de perspectivas, de maneras de pensar).
  • Jesús le perdona los pecados. (Sentirse aceptado tal y como se es).
  • La gente se escandaliza por semejante perdón. (Condicionamiento de la gente hacia nuestras posibilidades)
  • Y como broche final para que crean en el perdón le dice a la gente: "Qué es más fácil perdonar los pecados o decirle al paralítico levántate y anda". Sentido de reto en la vida.
  • Le dice al paralítico que "COJA"  camilla y que eche a caminar. (Aceptación y libertad).
  • El paralítico "COGE" su camilla y echa a andar.
Más o menos es la secuencia de la curación del paralítico por parte de Jesús. Y generalmente lo hemos visto siempre COMO un milagro. No lo hemos visto como una llamada al crecimiento personal. La gran pregunta que hace muchos años un compañero hacía era: ¿Para qué quiere un paralítico recién curado una camilla?

El ejemplo de David Casino tal vez lo aclare como lo puede aclarar la cantidad de ejemplos de personas con cantidad de limitaciones en la vida. Si uno se deja llevar y aplastar por las limitaciones se hunde. Si de la limitación haces tu fuerza encontrarás nuevos caminos que se adapten a tu situación y desde ahí superarte. Y a lo que iba, ¿qué tiene que ver el COGER la camilla y echar a andar? Pues muy claro, "que tus limitaciones no te frenen para conseguir lo que quieres en la vida".

COGER la camilla y echar a andar es aceptar, nada más y nada menos, tu realidad y comenzar a caminar desde ahí, es decir, ponerte objetivos desde donde estás, objetivos que puedan ser asumibles poco a poco, lentamente pero que puedan llevarte mucho más lejos de lo que en este momento estás.


"Antes la ceguera se reía de mi, ahora nos reímos juntos", dice David. COGER Y ASUMIR la camilla, la limitación, el defecto, etc. es tener la capacidad de aceptarlo, hacerse amigo de esa mismísima limitación y desde ahí comenzar a vivir de la mejor manera que puedas. A lo mejor, al igual que David, conseguimos una medalla, pero lo que si es seguro es que si no la conseguimos al menos hemos disfrutado de lo que hacemos y de lo que intentamos en la vida. Y eso no tiene valor que se pueda pagar.

Por eso no dejemos que los miedos y los complejos nos frenen. Lo importante es caminar con ellos, enfocándonos más en lo que perseguimos que en lo que arrastramos.