4/2/14


Todos tenemos en mayor o menor medida experiencias de fracaso en la vida, a nivel amoroso, económico, escolar, personal, laboral, etc. Y como alguien decía es importante que en la medida que nos levantamos sepamos ponernos en pie sin olvidarnos de coger algo productivo en lo que nos levantamos.

Como diría Edison el fracaso no existe, sino que lo que existe es el aprendizaje de saber como no se hacen las cosas e intentar descubrir el como sí se hacen.

De los muchos que han fracasado históricamente y que luego se han convertido en un referente para los demás podemos aprender que todos tenemos una parte, un algo que es especial y que podemos desarrollar para nuestro propio buen y para el bien de los demás. Encontrar ese algo que nos hace especiales, único y felices con nosotros mismos es la clave de la felicidad y del éxito personal. No podemos ofrecer nada que no nos llene a nosotros primero.

Lo importante es creer en nosotros mismos, disfrutar de aquello en lo que creemos y ser como el agua que fluye, que se encuentra con obstáculos, que sabe superarlos, saltándolos, bordeándolos o simplemente embistiendo contra ellos.

Es la creencia profunda en uno mismo, el goce de desarrollar lo que uno lleva dentro, el sentido de utilidad que podemos sentir cuando llegamos a los demás, lo que hace que seamos persistentes y sobre todo alegres en esa persistencia, pues la alegría la vivimos porque gozamos de lo que hacemos aún no llegando a la meta.