27/2/14

Ricos, pobres, indiferentes....


Hace unos meses realicé un proceso de Coaching con el el equipo de Robert Kiyosaky. Fue enriquecedor porque te ayuda a ser realista cuando te planteas algo que generalmente nunca nos planteamos: la libertad financiera, esa libertad que nos permite vivir sin tener que trabajar directamente y que se basa en tener una serie de bienes o estrategias que trabajen para ti sin tener que estar tu presente en el trabajo.

Parece un tanto utópico, pero no lo es. Es tan real como la misma vida. El problema radica en que hemos sido educados para trabajar, cobrar el dinero y ahorrar o gastarlo. Pocas, muy pocas veces, se nos ha educado a tener en cuenta otro factor clave ya no en la riqueza, sino en la tranquilidad y en la libertad financiera: invertir.

Podemos invertir en la compra de viviendas, rentarlas y vivir de esas rentas. Podemos "inventar" algo y vivir de los derechos de lo que inventamos. Podemos escribir libros sobre aquello que nos gusta y editarlos. Podemos construir una red de trabajo y vivir de lo que otros que están por debajo de nosotros trabaja y cobra. Hay muchas manera de de salir adelante en la vida y que son desconocidas para nosotros.

Kiyosaky ve que hay cuatro formas de llevar la economía:

  • Empleados. La realidad más usual. Trabajamos para otra persona, para una empresa. Cumplimos nuestras horas de trabajo una y otra vez y siempre estaremos cobrando lo mismo. Tal vez nos suban el sueldo de vez en cuando o subamos en el escalafón, pero la realidad es que tendremos un techo por arriba y dependeremos constantemente de ese trabajo.
  • Autónomos. Yo soy un autónomo. Trabajo para mi mismo. Hasta hace poco era autónomo y trabajaba para una multinacional. Cobraba el 40% de lo que yo producía. Poco después opté por independizarme y cobrar el 100%. Fue un adelanto en mi independenccia pero con el inconveniente de tener que luchar solo contra viento y marea, teniendo que hacer frente a las adversidades. Tengo que reconocer que la vida me ha sonreído y que he conseguido frutos para dar un tercer paso.
  • Empresario. Estoy en el camino. He iniciado un proceso, pero no con una tipo de empresa institucional en la que tengo que arriesgar. He optado por trabajar en redes de personas, un tipo de trabajo en el que consigo en estos momentos una buena cantidad fija semanal por mi trabajo y a parte cantidades residuales por el trabajo que obtengo de personas que quieren iniciar un negocio como en el que yo mismo me he involucrado. Es lo que llamamos cobros residuales. Produzca o no, yo sigo cobrando. Pero como es un trabajo que me gustas opto por las dos cosas al mismo tiempo, por lo que estoy más cerca de esa libertad financiera que deseo.
  • Inversor. También lo soy. He invertido en una franquicia en la que he tenido que arriesgar una cantidad y que afortunadamente la veo prosperar semana a semana. Si las expectativas se cumplen y sin tener en cuenta los residuales que me pueden llegar, espero revalorizar la inversión en un "800%" en un año, sí, un ochocientos por ciento.
Puedo asegurarte una cosa: el dinero en el banco, por muchos intereses que te den se devalúa y se echa a perder. El dinero que inviertes ya sea en una franquicia como la mía, como en propiedades inmobiliarias, como en libros, es dinero que trabaja para ti y no tu para el dinero. Es por ello que me siento satisfecho con la inversión realizada a primeros de año que, por cierto, si quieres saber de que va no tienen más que informarte aquí. Te pedirá unos datos. No te preocupes, es una página mía.

El ahorro tan solo favorece a unos cuantos, a los que guardan e invierten nuestro dinero. Invertir, emprender y crear flujo de dinero nos favorece a todos. La riqueza a la que podemos llegar todos nos la han ocultado desde hace mucho tiempo, no nos han enseñado a invertir, a arriesgar de forma inteligente y a ser libres financieramente. Mejor seguir subyugados ante el poder de los demás. Yo doy gracias a Dios, y toco madera, por la decisión que he tomado que me hace ver el futuro de forma mucho más agradable.