28/3/14

Lo que vemos y que no vemos.



La realidad es muchas veces lo que nosotros queremos que sea. Hoy ha surgido una noticia en la que se decía que un avión se había estrellado en el mar muy cerca de donde vivo. Un montón de gente se juntó muy cerca del lugar del accidente y veían al avión, ahí, en el agua. Gente con prismáticos, policía, ambulancia, helicópteros, Cruz Roja del Mar, Salvamento Marítimo. Todos veían al avión en el agua. Algunos se atrevieron a decir el nombre de la Aerolínea, el número de vuelo y otros detalles. 

La realidad era muy diferente, no era un accidente, no era un avión. Era un simple barco remolcando a otro. ¿Curioso, no? Es la realidad de cómo los sentidos nos engañan y llegamos a afirmar cosas que no son, a asegurar realidades que son muy diferentes. Nos pasa en situaciones como esta y nos pasa en situaciones de otra índole: relaciones, trabajo, comunicación, etc.

Es fácil dejarnos llevar por las situaciones sin entenderlas del todo. No es difícil que nos dejemos llevar por las emociones, por el entusiasmo, por la desilusión o por sentimientos de fracaso. Es relativamente fácil proyectar lo que llevamos dentro de nosotros mismos y conformar la realidad a lo que nosotros pensamos o queremos ver.

¿Qué hacer? La frialdad, la objetividad, no someternos a las emociones o a los sentimientos, ser autocríticos, regalarnos la duda y la posibilidad de que lo que vemos, escuchamos, oímos o experimentamos no es la realidad tal y como nosotros la vemos. 

Pasados los hechos, las circunstancias, los años, los dolores o los sinsabores de la vida nos damos cuenta de que hay otras posibles lecturas de la realidad. Es por eso que lo mejor es distanciarnos de aquello de lo que podemos depender económica, laboral, emotiva o sentimentalmente. Ver, observar y sentir la realidad tal y como puede ser y no tal y como nos toca a nosotros. Seguramente tomaremos decisiones más acertadas y viviremos menos preocupados por aquello que sucede y que "aparentemente" nos hace daño, aunque lo que nos hace daño es la forma de entender nosotros los acontecimientos de la vida.