3/4/14

Entre la displicencia y la proactividad



Estuvo bien hoy la formación que Bernardo Perles ha dado sobre el trabajo que tenemos que afrontar en la vida, sobre todo si queremos ser dueños de nuestro propio trabajo, crecer desde el punto de vista personal y alcanzar la libertad financiera que tanto ansiamos en la vida.

Frente a las situaciones de la vida nos podemos encontrar dos actitudes bastante generalizas: Una es la actitud de queja constante y otra es la búsqueda de soluciones. Eh ahí la diferencia entre la displicencia y la proactividad.
  • La displicencia es esa actitud quejica, que en todo ve problemas, obstáculos y aspectos negativos. Es la actitud del que no quiere avanzar en la vida y en la que el crecimiento personal no es posible. Hay un miedo a salir de la seguridad que uno se ha construido, aunque esta seguridad no llegue a llenar plenamente la vida de la persona. Es la actitud que muchas veces decimos "más vale malo conocido que bueno por conocer". Una actitud que nos reconforta en muchas ocasiones porque damos esa visión de victimismo, de pena y de sufrimiento que aunque se llena de quejas y de lamentaciones hace que muchos se fijen y compadezcan de uno, aunque a la larga acabes cansando a los demás y te quedes más solo que la una.
  • La proactividad es la actitud valiente, positiva y emprendedora que ante una situación inesperada o en contra de lo que uno se esperaba se abre al mundo de las soluciones, de las alternativas, de las posibilidades. En vez de ver un freno, ve un reto; una puerta cerrada se convierte en el juego de encontrar otra abierta. Es la actitud emprendedora que busca salidas y beneficios en medio de situaciones que parecen no tenerlas.
Es interesante observar estas dos actitudes, sobre todo después de leer a Raimón Samsó hablar sobre el ciclo económico que se cierra en estos momentos con un tipo de trabajo que hemos desarrollado y como se abre otro con unas características totalmente diferentes. Sólo los que se abren a nuevas alternativas y se dejan de llorar por lo que ya ha pasado o no ha sucedido como lo pensaban son los que se enfocarán hacia el éxito en la vida y así lo dice él en un correo que me ha enviado y al que estoy suscrito:

Es hora de asumir ciertas verdades incómodas:
  • nadie nos debe un puesto de trabajo.
  • los gobiernos no conseguirán que todo el mundo tenga un empleo convencional.
  • las empresas tienen otros objetivos diferentes al de contratar empleados.
  • las empresas ya han aprendido a hacer y ganar más con menos personas.
  • los empleos interesantes se irán extinguiendo poco a poco.
  • la globalización hace que las listas de candidatos a un empleo se disparen.
  • los sueldos bajarán en las próximas décadas.
  • la situación laboral actual no es fruto de una crisis, sino parte de un "reset" (reinicio total) de la economía.
  • los "resets económicos" duran unos 30 años y después abren una nueva era.
  • la tecnología afectará a todos los empleos, trabajos y empresas del planeta para transformarlos de arriba a bajo.
Es por ello que en la vida, y ante sus diferentes aspectos como pueden ser el trabajo, la familia, las amistades, el deporte, etc. siempre hay que estar abiertos a lo nuevo y a buscar caminos en los que uno pueda sentirse enriquecido como persona y, ¿por qué no?, a nivel económico.