5/12/14

En busca de la Buena Suerte.



La suerte no viene por casualidad, la casualidad es el azar. La suerte es el fruto de la búsqueda, de saber estar en el momento adecuado con las habilidades concretas para saber aprovechar "esa circunstancia" de la vida que nos puede favorecer. ¿Cómo conseguirlo?
  • Ser extrovertido. Es una manera de buscar los encuentros fortuitos, no esperar a que ellos vengan a ti. Salir al encuentro de las personas, querer conocer nuevas situaciones, estar abierto a aprender de los demás, desarrollar la curiosidad. Son elementos que "aportan", "suman" a nuestras vidas en vez de "restar" o hacer que nos "estanquemos". Quien se abre aprende, y quien aprende posee más conocimientos para saber utilizarlos en su momento.
  • Ojos de niño: Abierto a nuevas experiencia, con la flexibilidad de aceptar lo que hay y saber utilizar las circunstancias. Vivirlo con la mayor serenidad del mundo y sin el prejuicio que nos cierra a las nuevas experiencias y a los nuevos conocimientos. Un espíritu dócil y con apertura para aprender desde la tranquilidad de experimentar lo que se hace sin expectativas que nos cierren a buscar algo determinado y no ser capaces de mirar a los lados, pues a los lados pueden estar elementos que podemos utilizar para aquello que buscamos.
  • Libre de obsesiones. ¿Cuántas veces somos incapaces de ver lo cercano por tener puesta la vista en lo lejano? ¿Cuántas nos perdemos de saborear el viaje por estar pendientes de la llegada? El éxito o la suerte no es tanto la llegada sino todo lo que te vas encontrando a lo largo del camino. Es el camino lo que te va haciendo persona. Evitar o no saborear los procesos nos pueden impedir gozar de las metas. No las llegaremos a comprender ni valorar en toda su amplitud.
  • Saber decir sí. Las oportunidades están ahi, pero el miedo y la inseguridad nos hacen decir no. El "no" puede ser una actitud de prudencia, el "sí" puede ser la oportunidad que pasa y a la que sabes subirte. Es el poder de la decisión, de la intuición y del saber estar preparado, cosa que se va forjando a lo largo del camino.
  • Asumir los errores. Son parte del camino, de nuestro proceso, de nuestro crecimiento. Son el coste de aprendizaje. No hay éxito ni suerte que no vaya acompañado por multitud de errores y de fallos. Lo importantes es aprender de ellos y como dice el dicho: "Cada vez que te caigas no se te ocurra levantarte sin traer algo del suelo". De los errores aprendemos y por ello son importantes en nuestro camino y asumirlos es el principio del aprendizaje serio, crítico y profundo.