30/10/15

Control de uno mismo.


“Tsien Wu dijo a Sun Siu Au: "Señor, usted fue tres veces primer ministro y no se sentía orgulloso de ello; fue cesado tres veces y no mostraba ningún abatimiento. Antes yo no tenía plena confianza en usted, pero ahora veo cuán regular y calmadamente pasa el aliento por sus fosas nasales. ¿Cómo domina su espíritu?"
Sun Siu Au respondió: "¿En qué aventajo yo a los demás hombres? Cuando el cargo me fue confiado, consideré que no debía rehusarlo. Cuando me fue quitado, pensaba que no debía conservarlo. Consideraba que tener o no ese cargo en nada cambiaba lo que yo era y que no había ninguna razón para mostrarme abatido. Esto era todo ¿En qué sobresalí yo de los demás? Además yo no sabía si el honor era para la dignidad del cargo o para mí mismo. Si el honor pertenecía al cargo, no era para mí, y si me pertenecía, no tenía nada que ver con el cargo. Con esta incertidumbre y tomando todo en consideración, no tenía ocasión para averiguar si los hombres me estimaban importante o ínfimo."
  Tsung Ni escuchó esto y dijo: "El verdadero hombre de antaño no puede ser descrito plenamente por los grandes sabios. La belleza no puede conducirle a la disipación y no puede ser asaltado ni por el ladrón más peligroso. Ni el emperador Fu Hi ni Huang Ti pudieron coaccionarle en base a su amistad. La vida y la muerte son acontecimientos llenos de importancia, y sin embargo, no podían alterar su ser más profundo, ¡Cuánto menos le importaría el cargo y los privilegios! Con tal naturaleza, podía subir sin impedimentos a la montaña Thai, sumergirse sin mojarse en la charca más profunda, desempeñar la más humilde e ínfima función sin ser humillado por ello. Cuanto más daba a los demás, más le quedaba para él”.

29/10/15

Escuchar activamente.


De una charla que escuché en la radio con José Antonio Marina me gustaría destacar una serie de aspectos que me llamaron la atención y que considero importantes.

  • En la comunicación hay que favorecer que se expresen los sentimientos antes que comenzar a dar consejos. Somos muy dados a no escuchar y rápidamente a dar soluciones a otros sobre lo que les pasa. 
  • Aceptar lo que la otra persona siente y darle la importancia que esa persona le da es el principio de la empatía que nos permite ponernos en su lugar, sentir lo que siente y poder ayudarle a que la misma persona vaya encontrando por sí misma el camino. ¿Cómo?
  • Ayudar a que la persona encuentre por sí misma las soluciones. Ayudarle a que piense, a que se valga por sí mismo, a que busque soluciones. Pedir que aporten soluciones es ayudarlos a ir del problema a donde quieren llegar.
  • Permitir y favorecer que expresen sus miedos o sentimientos. "El silencio es el mejor aliado del miedo". Dar confianza y favorecer la expresión de los sentimientos no sólo ayuda a tener confianza, sino a respetarse a sí mismo en las emociones que se tienen. "Una manera de vencer el miedo es comunicárselo a alguien".


28/10/15

Empezando por uno mismo.


"Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a tí mismo". Así reza el principal mandamiento de la ley cristiana. Tres amores:
  • Amor a Dios, amor a la vida, amor a la realidad que vivimos y que podemos transformar desde el propio amor.
  • Amor al prójimo puesto que el amor no puede quedarse dentro de uno mismo. Es algo que desborda e incapaz de dominarlo.
  • Amor a uno mismo, puesto que no puedo darle a la vida ni a los demás lo que no soy capaz de darme a mi mismo.
Todo empieza, creo yo, por el amor a uno mismo:
  • Sentirme valioso por lo que soy como persona. Soy diferente a los demás, pero siempre hay algo en mí que marcando la diferencia ni me hace mejor ni peor, sino simplemente parte de un todo en el que soy importante porque lo que aporto como persona me hace crear vida en mi mismo y a mi alrededor. Desde la simple sonrisa, el hacerse sentirse cómodo a alguien o a aportar grandes cosas. Todos tenemos ese algo que nos hace sentirnos valiosos a nosotros mismos y que otros, aunque no nos lo digan, así nos vean.
  • Sentirme competente. Saber dominar lo que me gusta y me hace sentir persona. Es parte de mi propio desarrollo y crecimiento personal. Saber superarme en los fallos y crecer ante los retos que me salen al frente porque siento el placer de poder dominar esas situaciones con mis propias herramientas que tengo en la vida.
  • Seguridad en mí mismo. Algo que solo puedo sentir cuando me preparo para sentirme competente. Cuando insisto una y otra vez en realizar las cosas que me hacen sentir bien hasta dominarlas. Cuando se que no dependo de los resultados sino del proceso y del aprendizaje que desarrollo hasta poder conseguir lo que busco.
Nuestra autoestima es de capital importancia en todo nuestro proceso de la vida.




27/10/15

Miedo a la luz.


Un coche nos encandila de frente con las luces largas y hace que disminuyamos la velocidad o nos arrimemos hacia un lado.

Alguien nos dice una verdad, y nos duele en el alma. Posiblemente lo mostremos hacia fuera; tal vez nos lo quedemos para nuestros adentros.

¿Por qué nos molesta la luz? ¿Por qué tememos la confrontación? ¿Por qué huímos de afrontar realidades que nos rodean?



26/10/15

Volviendo a las raíces.



Un pastor que vivía en una cabaña cerca de un bosque y a cierta distancia de una montaña tenía un corral con gallinas y un rebaño de cabras. 

Aquel año hubo una gran sequía, con lo cual la mayor parte de la hierba desapareció. Por esa razón el pastor decidió llevar sus cabras a lo alto de la montaña, donde probablemente al haber más humedad, encontraría algo de hierba tierna para sus animales. Así lo hizo y, después de un largo caminar, llegó junto a la cima de la montaña. Allí sus animales pastaron durante unas horas, hasta que fue cayendo la tarde y el pastor decidió volver de nuevo a la cabaña donde vivía. 

Bajaba entre las piedras con su rebaño cuando vio frente a él algo grande, que en seguida reconoció como un nido de águilas. Al acercarse observó que en el interior había dos polluelos, uno de los cuales se había matado al desprenderse el nido de la roca en la que se encontraba. El otro polluelo, aunque algo se movía, parecía estar gravemente herido. 

Al pastor no le gustaban nada las águilas porque las tenía por enemigas. En alguna ocasión habían atacado a sus cabras e, incluso, se habían llevado a alguna de sus gallinas. No obstante, llevado por la lástima, el pastor se agachó, cogió con delicadeza el polluelo herido y lo llevó a su cabaña. Allí lo curó como pudo y empezó a alimentarlo con pequeños trozos de carne, mientras dejaba que la naturaleza hiciera el resto. El animal se recuperó por completo y empezó a crecer y crecer hasta que se convirtió en un magnífico ejemplar adulto de águila. 

A partir del momento en el que el águila se hizo adulta, las cosas empezaron a cambiar. El pastor, que inicialmente se sentía tan orgulloso por lo que había hecho, empezó a sentirse cada vez más inquieto con la presencia de aquel animal. De alguna manera, no lograba evitar que imágenes cargadas de emoción le vinieran a la cabeza y le recordaran lo que animales como aquél habían hecho con sus cabras y sus gallinas. 

Un día, el pastor llegó a una decisión, la de abandonar el animal en el bosque, pensando que sin duda la naturaleza se ocuparía de nuevo en ayudarlo a sobrevivir. Tres veces llevó el pastor el águila al bosque y tres veces el águila le siguió dando pequeños saltitos en el suelo. 

No sabiendo ya qué hacer para deshacerse del animal el pastor pensó y pensó, hasta que se le ocurrió la más absurda de las ideas: metería el águila en el corral con sus gallinas. Cuando las gallinas vieron entrar en el corral a ese animal al que tanto temían, se adentraron despavoridas en la pequeña  caseta en la que se refugiaban. Pronto se dieron cuenta del extraño comportamiento de aquel animal, que permanecía quieto y solo, y se fueron acostumbrando de forma progresiva a su presencia en aquel lugar. 

Los años fueron pasando y aquella águila se acostumbró a vivir como una gallina. Comía lo mismo que comen las gallinas, se movía como las gallinas e incluso aprendió a emitir los mismos sonidos que emiten las gallinas. Estaba la situación así, cuando pasó por aquella región un naturalista que estaba haciendo un estudio sobre las águilas de aquella región y, al pasar junto a la cabaña del pastor, contempló, incrédulo, el espectáculo que se ofrecía: ni más ni menos que un águila conviviendo con gallinas. Corriendo, golpeó con fuerza la puerta de la cabaña del pastor, el cual al oír los ruidos 
abrió sobresaltado. 

-¿Quién es usted, qué es lo que quiere? 

-Le ruego que me perdone, soy un naturalista que me dedico al estudio de las águilas y he visto algo inaudito, un águila viviendo entre gallinas. 

El pastor comprendió perfectamente la causa de la sorpresa de aquel investigador y, después de invitarle a entrar en su cabaña, le explicó la historia de cómo la encontró, la curó y la crió entre las gallinas. 

El naturalista escuchaba absorto la historia, hasta que algo le «sacudió» bruscamente, algo aparentemente inocente, ya que fue sólo un sencillo comentario que hizo el pastor. 

-Verá, amigo mío, el animal ha vivido tanto tiempo entre gallinas que ya no me queda la menor duda de que, aunque su forma siga siendo de águila, en su interior no es ya nada más que una gallina. 

—De verdad que lo siento, pero no puedo estar más en desacuerdo con lo que acaba de decir -contestó el naturalista. 

El pastor se sintió tal vez un poco agraviado, porque quizás considerara que nadie conocía tan bien a aquel animal como él. 

-Si está tan convencido, ¿por qué no me lo demuestra sencillamente haciendo que vuele? 

El naturalista se fue al corral, cogió el águila e hizo lo primero que se le ocurrió, que fue lanzarla por los aires gritando «¡Vuela!». El animal cayó pesadamente y se escondió en el interior del corral. El pastor hizo una mueca irónica, aunque ello no hizo que el naturalista se diera por vencido. Entonces, empezó a mirar a su alrededor como si buscara algo, hasta que se fijó en que a unos metros de allí había una escalera. Se acercó, la cogió y la apoyó en una de las paredes de la cabaña del pastor. 

Entró de nuevo en el corral, agarró el águila y subió con ella por la escalera hasta llegar al tejado. Desde allí, lanzó el águila por los aires diciendo «¡Vuela!». El pobre animal se precipitó como una bola de plumas contra el suelo y se quedó unos instantes aturdido. En cuanto recuperó su compostura, rápidamente se escondió en el interior del corral. 

El pastor le dijo entonces: 

—Si sigues así vas a matar a mi gallina. 

Por alguna razón, y a pesar de todas las evidencias en contra y de todas las críticas de aquel pastor, el naturalista tenía una absoluta certeza en que el espíritu de un águila jamás muere y, por eso, a pesar de todo, no se dio por vencido. 

De repente, algo en el horizonte captó su atención. 

—¿Qué es aquello que se ve al fondo? 

-Es el pico de la montaña donde encontré el águila cuando se desprendió el nido, ¿por qué? 

-Porque la voy a llevar allí, donde ella nació, tal vez pueda así recordar sus orígenes y se dé cuenta de que puede volar. 

-Tú estás loco, eres un insensato incapaz de darte por vencido. ¿Acaso no has tenido suficientes evidencias de lo absurdo de tu teoría, de esa estupidez de que el espíritu de un águila nunca muere? 
El naturalista no se defendió, simplemente actuó. Entró de nuevo en el corral, cogió el águila y empezó a caminar con la vista puesta es el pico de aquella montaña. El pastor, sin entender muy bien por qué y viendo que caía la noche, cogió una linterna y les siguió. Durante toda la noche estuvieron subiendo por la montaña sin que el naturalista supiera qué hacer para despertar el espíritu dormido del águila.
Cuando llegaron al pico de la montaña, donde el águila había nacido, empezó a amanecer y entonces el naturalista observó algo curioso: el águila apartaba la mirada del sol. Sin saber muy bien por qué, agarró el pescuezo del animal y lo obligó a mirar al sol. En ese momento, el águila hizo unos extraños movimientos, abrió unas espléndidas alas y se puso a volar. Aquel día el águila recordó quién era en realidad y recuperó su verdadera identidad, que no era de gallina, sino de águila. 

23/10/15

LA SOSPECHA



LA SOSPECHA

Un hombre perdió su hacha; y sospechó del hijo de su vecino. 
Observó la manera de caminar del muchacho –exactamente como un ladrón. Observó la expresión del joven –idéntica a la de un ladrón. Observó su forma de hablar –igual a la de un ladrón. En fin, todos sus gestos y acciones lo denunciaban culpable de hurto.
Pero más tarde, encontró su hacha en un valle. Y después, cuando volvió a ver al hijo de su vecino, todos los gestos y acciones del muchacho le parecían muy diferentes de los de un ladrón.
Lie Zi

Ciertamente el pensamiento y las creencias que tenemos hacen que veamos la realidad tal y como la concebimos en nuestra mente. Y muy difícilmente tenemos la humildad de reconocer la fuerza que tienen los prejuicios en nuestra mente.

Nos cuesta ser objetivos. No es fácil para nosotros el recurrir a una verdadera comunicación donde se puedan disipar todas nuestras dudas.

El margen de la duda siempre es un buen margen a tener presente. Es la presunción de inocencia a la que todos tenemos derecho.

¿Y qué pasa con la realidad de los demás que a veces desconocemos y no tiene nada que ver con lo que presuponemos?

Contar hasta diez antes de dar como ciertos muchas de nuestras intuiciones. Verificar antes de afirmar. Concedernos el beneficio de la duda. Profundizar en nuestras relaciones interpersonales y hacerlas más sinceras y honestas es lo que yo puedo aprender de esta pequeña historia.





22/10/15

Cuando todo falla, ¿qué falla?


"Vísteme despacio que tengo prisa", dice el dicho popular. A veces las prisas son malas consejeras, y quien dice las prisas también lo puede decir de esas "formas" tan peculiares con las que solemos manejar nuestros negocios y nuestras relaciones, así como nuestras emociones.

Hace poco me encontraba con una persona a la que "aparentemente" le fallaba todo. Cuando la oía hablar la queja iba, por lo general, contra todo lo que era externo a ella: gobierno, familia cercana, familia extensa, condiciones de trabajo, relaciones interpersonales, etc. Parecía que todo hacía aguas a su alrededor y que, lógicamente, ella era la víctima y el resto del mundo el culpable.

Cuando todo falla, ¿es siempre culpa de los demás? Es una pregunta que suelo hacerme a mí mismo cuando las cosas no salen como yo quiero. Hace tiempo la culpa sí era de los demás. Hubo un momento en mi vida en que empecé a cuestionarme a mí mismo y comencé a ver que las cosas podía hacerlas de una manera diferente. Fue cuando entendí que las formas a veces sí tienen su importancia.

Es cierto que cada uno tiene su propio carácter y su manera de hacer las cosas pero, ¿es siempre la ideal? Hay quien dice que si yo cambio la manera de ver las cosas, todo cambia a mi alrededor, y que si cambio la manera de hacer las cosas posiblemente comience a ver resultados diferentes de los que estoy obteniendo. Pensar que son los demás los causantes de mis malos resultados tal vez tenga algún fundamento, pero no el único y responsable de todo.

Cada uno puede ir modificando las actitudes que tiene en la vida y hacia las cosas de acuerdo con cada una de las circunstancias que tenemos que vivir. A veces es cuestión de ir adaptándose a las circunstancias e ir creando las bases para que los resultados que deseamos obtener puedan tener la tierra de cultivo apropiada.

Cuando todo falla, ¿falla todo el mundo? ¿falla la vida? No creo. Pero si creo que puede fallar la manera en cómo nos enfrentamos a cada una de las situaciones. Como decía Einstein tal vez será cuestión de hacerlo de una manera diferente a como lo veníamos haciendo para obtener los resultados diferentes que estamos obteniendo.


21/10/15

Conociéndonos a través de nuestros pequeños poderes.


¿Quienes somos realmente las personas? Unas veces se nos conoce por lo que decimos, otras por lo que hacemos, pero el conocimiento real viene muchas veces dado cuando podemos manejar las situaciones a nuestro gusto sin que nadie pueda oponerse a lo que hacemos. Es cuando realmente se ve lo que hacemos con nuestra vida y con las vidas de los demás.

A nivel político lo podemos ver claro cuando los gobiernos alcanzan mayorías absolutas. No hay frenos que valgan y vemos políticas que arrastran muchas veces a las personas hacia situaciones que no habían ni pensado ni querido.  De ahí muchas veces las dictaduras que empobrecen a las personas y a los pueblos.

Otro tanto puede pasar en las relaciones interpersonales. Personas con más poder pueden llegar a someter a otros bien por su baja autoestima, su situación legal, su situación económica etc. Podemos ver que en esas situaciones crecemos también en la medida que vemos bajar o humillarse a otros.

Si lo vemos en situaciones laborales económicas pasa otro tanto de lo mismo. Loe empleos baratos que se hacen porque al trabajador no le queda más remedio ya que tiene necesidad y necesita ingresos para poder sobrevivir hace que las empresas puedan tener mano de obra barata a cambio de unos ingresos o ganancias sustanciales.

En todos los casos hay algo que nos permite conocer a las personas de verdad, Cuando tenemos poder somos más libres para dar rienda suelta a nuestros valores y contravalores en la vida. Si miramos hacia nosotros mismos y nos analizamos en la situaciones donde tenemos cierto poder, ¿qué encontramos y llegamos a conocer de nosotros mismos? Tal vez nos sorprendamos.


20/10/15

Saber elegir nuestro pensamiento.


Somos nosotros los que decidimos lo que pensar. Buscar el lado positivo de las cosas o quedarnos en el negativo.

Lo que sí es cierto es que el lado negativo nos lleva a la melancólica queja de la cual es difícil salir. El lado positivo siempre nos abre una puerta a la vida, a la esperanza, a construir lo que queremos y, sobre todo a aprovechar las circunstancias que la vida nos presenta.

El pensamiento de un espino puede entorpecer la belleza de la rosa. El cambio la presencia de una rosa puede darle un sentido más bonito al espino.

Una sonrisa en medio del mal momento nos puede alegrar la existencia. Un pequeño fallo en el que nos fijemos puede echar a perder cualquier estímulo positivo que tengamos en la vida.



19/10/15

Actitud positiva.


En un experimento clásico muy conocido1, Robert Rosenthal y Lenore Jacobson seleccionaron al azar estudiantes en una escuela de primaria, después de realizarles una serie de tests de inteligencia. Sin embargo, indicaron a sus profesores que, debido a las altas capacidades de los alumnos elegidos, tendrían grandes mejoras académicas durante el curso. El análisis de los resultados académicos y las mediciones de los tests realizados ocho meses después, demostró que el rendimiento de los alumnos elegidos durante el curso mejoró considerablemente. En el aula se dio lo que se conoce en psicología como profecía autocumplida, es decir, las creencias del profesor acerca de las capacidades de sus alumnos originaron conductas que el mismo profesor esperaba. No sólo las expectativas positivas o negativas del docente pueden afectar al comportamiento del alumno (como vemos en el experimento de Elliot) sino que, además, pueden afectar al nivel intelectual del mismo.
Parece realmente curioso pero en cierto modo cada uno de nosotros crea su propia realidad dependiendo de las creencias que tenga sobre ella o de las que tenga sobre las personas que la rodean. Lo que vemos es lo que decidimos ver. Y la influencia que ejercemos en los que nos rodean es la que proyectamos hacia ellos. Podemos creer fehacientemente en las personas que las potenciaremos al máximo y desarrollarán sus habilidades de una forma mucho más amplia. Si no creemos o confiamos en las personas haremos todo lo contrario, las encerraremos en una baja autoestima y no desarrollarán todo su potencial.

¿Cómo reaccionas tú ante personas que no creen en tí? Muchas veces te vienes abajo y comienzas a desconfiar de tus potencialidades. ¿Cómo planteamos objetivos, metas, deseos a los demás? Mira estos dos ejemplos:
1. “Este año os espera una asignatura muy difícil de aprobar. Aquel que no tenga una base sólida de conocimientos adquiridos se puede ya despedir”
2. “Este año os espera un curso lleno de retos que todos podréis superar aportando todo lo que sabéis y todo lo que aprenderéis”

Nuestro lenguaje, nuestras creencias, nuestra manera de expresarnos condiciona las respuestas que la gente puede darnos en la vida. Aquello que sembramos es lo que muchas veces cosechamos. Y lo que sembramos depende de la manera en cómo lo hacemos. Actitud, comunicación empatía, etc. son factores que influyen en los resultados.

Acertar con las claves de la comunicación y el mensaje que damos hace que:

  1. Se genere un clima emocional más cercano que permita ser receptivo por ambas partes y que permita crecer a la persona.
  2. Permite profundizar más en todos los aspectos de aquello que se pretende enseñar o transmitir puesto que parte de la fortaleza de la otra persona y de lo que ella puede llegar a creer de si misma.
  3. Permite un diálogo más profundo y abierto entre las personas, lo cual abre mucho más las expectativas.
  4. Se elogia más y ello hace crecer en interés a la persona que participa en los proyectos o relaciones personales.
Fijarnos más en lo que sí pueden dar las personas de sí misma que en las limitaciones, en lo que une de lo que separar, de lo que es posible de lo que es difícil es comenzar en crear y diseñar el futuro que queremos alcanzar.



16/10/15

Aceptando la realidad.


Somos seres humanos y nos gustaría que la realidad fuera tal y como nosotros queremos y no tal y como es en realidad. Muchas veces imaginamos las personas no como son sino como quisiéramos que fueran, los trabajos como nos gustaría que fueran y no como son en realidad. En definitiva que no aceptamos lo que hay y vivimos en el mundo imaginario de lo que podría ser.

Soñar es gratis, pero cuando los sueños implican aceptar a las personas tal y como son y no como nos las imaginamos las cosas cambian. Muchas veces exigimos de ellas lo que no nos pueden dar. El conflicto estás servido. Lo mismo cuando afrontamos una realidad laboral o un estilo de vida. Si no son como lo imaginamos la frustración llamará muy pronto a nuestra puerta.

El mundo ideal empieza a partir de la realidad, aceptándola. Es a partir de la realidad y de esa aceptación desde donde podemos alcanzar otras metas. Tal vez porque la realidad se sienta aceptada y desde ella podamos ver cosas que no somos capaces de observar cuando tenemos la mirada puesta en lo que no es o existe en ese momento.




15/10/15

El coste de la experiencia.


Un padre comentaba a la salida del colegio en el corro que solemos hacer que a los niños hay que saber dejarlos caer para que aprendan a levantarse. Ciertamente es una verdad como un templo. Muchas veces confundimos el amor con el proteccionismo sin saber que al proteger tanto a las personas, no solamente a los niños, lo que hacemos es crear inseguridad en ellas y sobre todo que el día que tengan que levantarse de las caídas de la vida les sea mucho más duro pues no se nos ha educado en ello.

Hemos oído cantidad de veces a personas mayores decir que no quieren que sus hijos pasen por lo que ellos han pasado. La verdad es que la historia, la madurez, el crecimiento personal de cada persona es fruto de la experiencia y del dolor que muchas veces conlleva ésta.

La experiencia enriquece, pero al mismo tiempo te va quemando porque va exigiendo de ti nuevas respuestas, nuevas actitudes, nuevas adaptaciones y un sin fin de lecciones que día a día la vida nos da.

No hay crecimiento sin dolor. Hasta los humanos nacemos sufriendo, sufriendo la madre que empuja y sufriendo el bebé que intenta salir. Y la primera experiencia es el llanto, señal de vida. 

Es por eso que cuando nos sentimos quemados porque la vida nos exige no debemos de olvidar que la vida nos está enriqueciendo. 



14/10/15

Ante la incertidumbre.



¿No te ha ocurrido alguna vez en el que parece que todo confluye en contra de todos tus intereses? Son momentos de incertidumbre difíciles de entender porque lo que esperas, aquello por lo que trabajas y luchas parece ir en tu contra. ¿Qué te ofrece la vida en esos momentos? ¿Cómo vivimos esas incertidumbres?

La mayor parte de las veces reaccionamos a la desesperada y mostramos, incluso, algún signo de agresividad. Podemos verlo en algunos partidos de fútbol cuando la impotencia ante el resultado adverso y el buen juego de los otros acaba con nuestros nervios y los sentimientos de impotencia y de falta de aceptación hace que reaccionemos de forma violenta.

Otras veces lo vivimos con mayor naturalidad. Se pierde, se cae el trabajo realizado y con toda tranquilidad nos decimos "vuelta a empezar". Hay un principio de aceptación que no te hace perder el foco de lo que realmente quieres. Aceptas y, simplemente, intentas nuevamente realizar aquello que quieres pero intentando no cometer los errores que han hecho que los pasos previos se cayeran.

Se me ocurre pensar que también hay otras opciones, la infinidad de opciones que la vida te depara sin tu saberlo. El famoso refrán de que "no hay mal que por bien no venga" puede hacer patente esa realidad. ¿Cuántas situaciones positivas hemos vivido que no hubieran sido posible si la vida no nos hubiera "supuestamente" maltratado o quitado esas ocasiones que tanto buscábamos y que tantas veces se han venido abajo?

A veces es la aceptación el principio del éxito ante un aparente fracaso que tenemos. Aceptación y mirar con tranquilidad alrededor nos ofrece la capacidad de ver lo que muchas veces no podíamos ver porque estábamos centrados en una sola cosa. Era como si lleváramos las orejeras del burro que sólo le permitía ver lo que tenía delante y no a los lados.

La vida no se acaba en la caídas ni en los fracasos temporales. De ellos aprendemos y de ellos, incluso, podemos ver nuevas oportunidades y en otros ámbitos que nos da la vida.


13/10/15

Abrirse al amor.


La experiencia de amar es algo enriquecedor. Te hace crecer, te hace sentir bien contigo mismo y, sobre todo, disfrutas de la sonrisa o felicidad que provocas en los demás. 

Todo lo contrario sucede con la falta de amor y generosidad. Hace que te encierres en ti mismo. Dejas de sonreír y te vuelves un tanto anti social.

Cuando amas, creces. Lo haces porque intentas dar lo que hay dentro de ti. Si no lo ves, lo buscas. Y cuando lo encuentras lo desarrollas, creces y te multiplicas.

Cuando dejas de amar, los problemas que hay frente a ti no te seducen, no te llaman la atención. Permaneces estático en tu posición y, por lo tanto, no creces no te desarrollas en lo nuevo que podría surgir cuando intentas calmar y satisfacer la desgracia o necesidad ajena.

Dicen que el amor, cuanto más se divide y más se comparte, más se multiplica. La falta de amor te lleva al empobrecimiento de ti mismo. Es como estar muerto en vida ya que no la desarrollas con todo el potencial que tienes dentro de ti.

El amor es algo más que el aspecto sentimental. Es la capacidad de fijarse en el mundo, en la vida y en las personas que la viven. Y ante la observación de todo ello surge una pregunta: ¿Qué más vida puedo aportar yo a la misma vida y a los demás?

Entonces vivo, y lo hago porque cada día algo florece en mi.



12/10/15

Coherencia




El santón sufí Shams-e Tabñzi cuenta acerca de sí mismo la siguiente historia: 
Desde que era niño se me ha considerado un inadaptado. Nadie parecía entenderme. Mi propio padre me dijo en cierta ocasión: «No estás lo suficientemente loco como para encerrarte en un manicomio ni eres lo bastante introvertido como para meterte en un monasterio. No sé qué hacer contigo.» 
Yo le respondí: «Una vez pusieron un huevo de pata a que lo incubara una gallina. Cuando rompió el cascarón, el patito se puso a caminar junto a la gallina madre, hasta que llegaron a un estanque. El patito se fue derecho al agua, mientras que la gallina se quedaba en la orilla cloqueando angustiadamente. 
Pues bien, querido padre, yo me he metido en el océano y he encontrado en él mi hogar. Pero tú no puedes echarme la culpa de haberte quedado en la orilla.

La autenticidad es un valor muy importante. Nos hace sentir nosotros mismos y da sentido a nuestra vida. Tal vez haya gente que no nos comprenda, quizás haya otros que se enconen contra nosotros. Puede que seamos objeto de críticas y rechazos, pero lo importante es que al sentirse bien con uno mismo lo que otros digan o piensen pasa a un segundo o tercer plano.

Es importante ser consciente de quienes somos y de lo que buscamos en a vida. Desarrollar todo lo que encontramos de nosotros de forma innata es parte de la coherencia hacia nosotros mismos y de la coherencia que tenemos que mostrar hacia los demás.

La infelicidad y la incoherencia se adueñan de nosotros desde el momento en que queremos agradar a todos y actuamos cara a la galería y no hacia nosotros mismos. Hay sueños reprimidos por miedo, inseguridad personal u otros motivos que nos mantienen insatisfechos con nosotros mismos. Al final nos iremos escondiendo en la vida de los demás por no ser fieles a lo que realmente somos.


9/10/15

Enfrentarnos a la verdad.


¿Cuánto nos cuesta escuchar, ya no sólo una verdad, sino lo que otros piensan de diferente sobre nuestras verdades o creencias? Hay gente que reacciona de forma fanática, comienza a hablar sin dejar que el otro se exprese, alza el tono de voz como si al hacerlo fuera a tener mucha más razón o, simplemente, rehuyen cualquier tipo de dialogo.

Hacemos un poco lo que hacen los niños cuando intentan esconderse de los padres o de otros amigos y lo único que hacen es no mostrar la cabeza. No querer enfrentarnos a la crítica de nuestro propio estilo de vida, de nuestras ideas o creencias deja entrever que hay un miedo a no querer enfrentarnos a la realidad y a las diferentes verdades de la vida.

Podemos vivir en una isla mental, social, familiar. Al final la realidad se impone y lo que es verdad seguirá siéndolo y lo que es erróneo se dejará ver como tal. La ciencia avanza y sí lo hace es gracias al contraste de lo que se experimenta. La ciencia está abierta al error para poder mejorar la realidad. Si el método científico se basa en uno de los pilares del "contraste" para poder crecer y evolucionar, ¿por qué no abrirnos nosotros también al análisis y contraste de nuestras ideas, creencias, valores y estilos de vida. ¿Miedo a toparnos con la realidad?

La realidad somos nosotros y la misma vida. De nada nos sirve ponernos caretas o de cerrar los ojos. Saborear la vida y lo que somos es conocernos tal y cual somos sin tapujos.



8/10/15

Alimentarse de la misma vida.


Me gustó esta frase de Ingmar Bergman. Creo que deja ver de forma muy clara las diferentes perspectivas que podemos tener en la vida y en los diferentes procesos que decidimos realizar.

Hay una etapa que es de entusiasmo, la inicial. Tal vez porque emprendemos con alegría el camino hacia lo que queremos. Todo son proyectos ganas, ilusiones y deseos. 

Hay un segundo momento en el que comienzan a aparecer dificultades, trabas, faltas de apoyo y un sin fin de problemas que hacen que cuestionemos lo que queremos y que tengamos que dedicarle muchas fuerzas y energías. "¿Merecerá la pena?, nos preguntamos a veces. El costo de lo que queremos a veces es alto y eso hace que nos cuestionemos y que las fuerzas puedan flaquear, máxime si no tenemos apoyo de quien lo esperábamos.

Pero hay momentos muy importantes que son aquellos en los que somos capaces de valorar el recorrido hecho, lo que la vida nos ha hecho crecer, lo que hemos podido aprender. Hay muchas cosas que tienen un significado muy especial para nosotros y que le da sentido a nuestras vidas.

Cada momento vivido en la vida, con todo lo que nos ha enseñado, y aunque hayan sido experiencias dolorosas han sido una fuente de crecimiento importante. Creo que en los momentos duros es importante pararse un poco, mirar hacia abajo, ver el camino recorrido, valorar todo lo aprendido y, entonces, seguir caminando.

Los paisaje de la vida nunca dejan de ser espectaculares, aunque se mezclen o tercien, las nubes, con el sol y las tormentas.

7/10/15

El valor de un sueño.




Un día un sueño se decidió germinar y salir a la luz del sol. Con tan solo dar el primer bostezo se encontró con un impedimento; la tierra. Esta no estaba muy húmeda y le costó abrirse paso hacia la superficie, cosa que logró luego de todo un día de lucha. Una vez que consiguió escaparse de las profundidades se encontró con que no había sol, todo estaba muy oscuro. Sólo una débil luna y unas cuantas estrellas iluminaban el cielo. Pero para su sorpresa un suave rocío lo empezó a refrescar dándole descanso y frescura.

Luego de unas horas empezó a divisar los primeros rayos del sol naciente. Pero para su sorpresa no era el único que crecía por allí, había muchas plantas muy grandes a su alrededor que también se despertaban y al erguirse le quitaban luz. Pero como el sol es bondadoso se posicionó bien en lo alto para darle luz a todos. Y así día a día el sueño iba creciendo, luchando contra otras plantas, insectos dañinos y animales angurrientos que se lo querían comer. Pero no pasó mucho tiempo sin que tomase un tamaño considerable, ya tenía sus raíces fuertes y profundas en la tierra. Pero surgió un problema, empezó a sentir una sensación extraña, le faltaban fuerzas. Prontamente se dio cuenta de que necesitaba de la lluvia para poder seguir adelante. Quiso el destino o quien sabe quién que caiga un suave y refrescante aguacero de verano.



Y así los días transcurrieron, se hizo grande, dio flores y luego los mejores frutos de la zona. Los chicos de la zona venían hacia el para comer de su deliciosa fruta. Y así permaneció para siempre y mientras el sol, la lluvia y la tierra permanezcan y lo más importante, mientras haya alguien que quiera comer de su delicioso fruto resultado de su enorme esfuerzo existirá.

6/10/15

10 Pasos para superar el miedo.



Pilar Jericó ofrece 10 pasos para superar el miedo. Todos tenemos miedo en alguna ocasión. Unas veces el miedo nos protege y otras nos frena a la hora de realizar lo que queremos. El primero es sano pues busca la protección y la seguridad. El segundo, en la mayoría de las ocasiones, es infundado y tiene que ver más con nuestras inseguridades y dificultades de adaptación a la realidad que a otra cosa. ¿Cómo superarlo? Ella nos ofrece diez pasos sencillos e importantes.
  • Mirar siempre hacia adelante. Tener un objetivo en la vida, una meta, una ilusión por la que luchar y que se quiera alcanzar. Los miedos miran hacia atrás, hacia lo que dejamos. Si miramos hacia adelante, hacia lo que queremos, la fuerza del deseo siempre superará a los miedos.
  • Pasión e ilusión. Son dos aspectos importantes. Quizás el ejemplo más claro es el del enamoramiento o el del mismo amor hacia un hijo o padre. Cuando sentimos la fuerza del amor dentro de nosotros, ¿hay algún miedo u obstáculo que se interponga en nuestro camino? Vivir con pasión lo que se hace para llegar a donde se quiere espanta los miedos de nosotros.
  • Sentido del humor. Neutraliza el miedo. Incluso a veces lo utilizamos como una medida relajante en situaciones de tensión. Saber reírse incluso de las adversidades es un buen antídoto contra el miedo.
  • Información. Cuanto más conoces aquello que te produce miedo más conoces sus puntos vulnerables. La información es poder. Cuanto más conocemos a nuestro enemigo más podemos desarmarlo. Aprender, crear hábitos, primero pequeños y luego más grandes nos lleva a vencer esos temores que nos atenazan.
  • Fijarse en quien ha conseguido vencer los miedos. ¿Quién ha vencido el miedo que nosotros tenemos? ¿Cómo lo han hecho? ¿Qué pasos han dado? ¿Qué ideas le han permitido caminar hacia adelante? Conocer y dejarnos empapar por personas que han superado lo que nosotros queremos superar es un paso muy importante.
  • Apoyarse en otros. Si no puedes solo, busca quien te ayude. Somos animales sociales por naturaleza y necesitamos los unos de los otros. Y la gente está dispuesta siempre a ayudar, no a hacerlo por ti, pero sí ayudarte a que tu lo consigas.
  • Actitud de servicio y de amor. Lo dije al principio, el amor es capaz de mover montañas. Y cuando amamos olvidamos nuestras limitaciones y nuestros miedos. Cuanto más ayudemos a otros más miedos venceremos.
  • Utilizar nuestros propios recursos. Nos sentimos más cómodos utilizando lo que es propio y natural en nosotros que tener que empezar desde terrenos que no dominamos. ¿Cuáles son los recursos propios que tenemos y que nos pueden ayudar? 
  • Confiar en uno mismo. Tal vez este sea el más importante de todos. El miedo nos pone en tela de juicio, nos hace dudar de nuestras capacidades y de nuestros recursos. Quererse a si mismo y confiar plenamente en uno mismo es la llave que cierra la puerta a los miedos que tenemos.

5/10/15

Capacidad de reacción.



Me sorprende ver en los deportes la capacidad de reacción que tienen muchos deportistas que van perdiendo y de repente le dan la vuelta a los marcadores como si nada. El otro día lo veía de una forma muy clara en el tenis cuando un tenista iba perdiendo 5 a 1 y con pelota de partido en su contra que consiguió salvar y a partir de ahí remontar hasta ganar el partido por 7 a 5. Lo podemos ver en el tenis, en el fútbol y en cantidad de deportes. ¿Qué es lo que hace que alguien que lo tiene todo perdido sea capaz de salvar la situación?

Dicen que al no tener nada que perder juegas de una forma más relajada. Tal vez pueda ser alguno de los argumentos. Recuerdo equipos de fútbol que, una vez descendidos de categoría, comenzaban a ganar partidos sin problema. El sentirte liberado de emociones, ansiedades y de otros aspectos hace que te sientas más libre para poder desarrollar todo tu potencia.

Pero también los hay que tienen la mente puesta en el objetivo final y no la dejan de lado ni por un momento. Les sirve de motivación y de acicate. Quieras o no el estímulo final es tan importante que hace que se utilicen todos los recursos habidos y por haber dentro de uno mismo. Deseo de conseguir lo que se busca y confianza en uno mismo es otro de los argumentos que se pueden esgrimir al respecto.

Y también los hay que creen que el triunfo final es la suma de triunfos pequeños. No importa cuan lejos estás de la meta si ésta sabes dividirla en pequeños tramos y sabes saborearla en cada instante y en cada paso que das hacia ella.

Yo creo que todos los aspectos son importantes pero hago hincapié en este último porque tiene como esencia el valorar la meta final y valorar al mismo tiempo cada pequeño paso que se da hacia ella. Y la vida es otro tanto de lo mismo, saber valorar cada instante, cada paso, cada circunstancia que se da en el momento que se vive. El gozo final es mayor porque por una parte has gozado el proceso y también el broche de la victoria, y si no has ganado, has saboreado el proceso que no deja de ser importante y del que también se aprende mucho.


2/10/15

Control emocional.





Era un aspirante espiritual con mucha motivación, pero tenía una mente muy dispersa. Tuvo noticias de un sobresaliente mentor y no dudó en desplazarse hasta donde vivía y decirle: 

--Respetado maestro, perdona que te moleste, pero mi gratitud sería enorme si pudieras proporcionarme un tema de meditación, puesto que tengo decidido retirarme al bosque durante unas semanas para meditar sin descanso. 

--Me complace tu decisión. Ve al bosque y estáte contigo mismo. Puedes meditar en todo aquello que quieras, excepto en monos. Trae lo que quieras a tu mente, pero no pienses en monos. 

El discípulo se sintió muy contento, diciendo: “!Qué fácil es el tema que me ha proporcionado el maestro!; sí, realmente sencillo”. Se retiró a un frondoso bosque y dispuso una cabaña para la meditación. Transcurrieron las semanas y el aspirante puso término al retiro. Regresó junto al mentor, y éste, nada más verlo, preguntó: 

--¿Qué tal te ha ido? 

Apesadumbrado, el aspirante repuso: 

--Ha sido agotador. Traté incansablemente de pensar en algo que no fuesen monos, pero los monos iban y venían por mi mente sin poderlo evitar. En realidad, llegó un momento en que sólo pensaba en monos. 



La mente es amiga y enemiga; 
es una mala dueña, 
pero una buena aliada. 
Por eso es necesario 
aprender a contener el pensamiento 
y poner la mente 
bajo el yugo de la voluntad. 




1/10/15

Lo esencial e importante.


“Un hombre rico, empresario, bien vestido, ropas caras y talante derrochador, iba paseando por el puerto, cuando se encuentra con un modesto pescador. El pescador trabajaba en sus redes y en su pequeña barca, y tenía un cubo lleno de un montón de peces recién pescados. El rico empresario le preguntó: 
- Óigame, ¡usted tiene mucha maña! ¡Parece un pescador muy bueno! Usted sólo y con esta pequeña barca ha pescado muchos peces. ¿Cuánto tiempo dedica a la pesca? 
El pescador respondió: 
- Pues mire usted, yo la verdad es que nunca me levanto antes de las 8:30. Desayuno con mis hijos y mi mujer, acompaño a mi familia al colegio y al trabajo, luego voy tranquilamente leyendo el periódico hasta el puerto, donde cojo mi barca para ir a pescar. Estoy una hora u hora y media, como mucho, y vuelvo con los peces que necesito, ni más ni menos. Luego, voy a preparar la comida a casa, y paso la tarde tranquilo, hasta que vienen mis hijos y mi mujer y disfrutamos haciendo juntos los deberes, paseando, jugando. Algunas tardes las paso con mis amigos tocando la guitarra. 
- ¿Entonces me dice que en sólo una hora ha pescado todos estos peces? ¡Entonces usted es un pescador extraordinario! ¿Ha pensado en dedicar más horas al día a la pesca? 
- ¿Para qué? 
- Pues porque si invierte más tiempo en pescar, 8 horas, por ejemplo, usted tendría 8 veces más capturas, y ¡así más dinero! 
- ¿Para qué? 
- Pues con más dinero usted podría reinvertir en una barca más grande, o incluso contratar a pescadores para que salgan a faenar con usted, y así tener más capturas. 
- ¿Para qué? 
- Pues con este incremento de facturación, ¡su beneficio neto sería seguro envidiable! Su cash flow sería el propicio para llegar a tener una pequeña flota de barcos, y así, hacer crecer una empresa de pesqueros que le harían a usted muy muy rico. 
- ¿Para qué? 
- ¿Pero no lo entiende? Con este pequeño imperio de pesca, usted sólo se tendría que preocupar de gestionarlo todo. Usted tendría todo el tiempo del mundo, para hacer lo que le venga en gana. No tendría que madrugar nunca más, podría desayunar cada día con su familia, podría acompañar a los niños al colegio, jugar con ellos por la tarde, tocar la guitarra con sus amigos…"
Puede ser paradójico, pero  así es la vida. Buscamos y buscamos cosas, le dedicamos mucho más tiempo del que podemos darle, ocupan mucho espacio en nuestras mentes y, cuando nos damos cuenta vemos que lo tenemos al alcance de la mano y sin tanto esfuerzo.

Es el eterno enfrentamiento que existe dentro de nosotros entre el ser y el tener. Creemos que lo que podemos tener puede reemplazar a nuestro ser más profundo. De la misma manera pensamos que las formas de las cosas pueden sustituir la esencia de lo que somos como personas.

El ejemplo de hoy es muy gráfico. La vida se disfruta no por la cantidad de las cosas que se poseen sino más bien por saber utilizar las que ya se tienen, y todo lo que venga, bienvenido será. El problema es cuando dejamos de gozar la vida en su instante para centrarnos en lo que puede ser, en lo que puede llegar. Disfrutaremos de ello si es que llega, pero y mientras tanto, ¿qué hacemos con la vida de cada día?

Si no disfrutamos de lo que sí ya tenemos, difícilmente podremos disfrutar de aquello que venga. Lo peor de todo es que lo que ya tenemos es lo que sí existe.