11/2/15

COMO EL LÁPIZ




El niño miraba al abuelo escribir una carta. En un momento dado le preguntó:

- ¿Abuelo, estás escribiendo una historia que nos pasó a los dos? ¿Es, por casualidad, una historia sobre mí?

El abuelo dejó de escribir, sonrió y le dijo al nieto:

- Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras, es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas.

El nieto miró el lápiz intrigado, y no vio nada de especial en él, y preguntó:

- ¿Qué tiene de particular ese lápiz?

El abuelo le respondió: Todo depende del modo en que mires las cosas. Hay en él cinco cualidades que, si consigues mantenerlas, harán siempre de ti una persona en paz con el mundo.

1. Dios. Puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que existe una mano que guía tus pasos. Esta mano la llamamos Dios, y Él siempre te conducirá en dirección a su voluntad.

2. Constancia. De vez en cuando necesitas dejar lo que estás escribiendo y usar el sacapuntas. Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final, estará más afilado. Por lo tanto, debes ser capaz de soportar algunos dolores, porque te harán mejor persona.

3. Humildad. El lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar aquello que está mal. Entiende que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino de la justicia.

4. La esencia de uno mismo. Lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro. Por lo tanto, cuida siempre de lo que sucede en tu interior.

5. Conciencia. Siempre deja una marca. De la misma manera, has de saber que todo lo que hagas en la vida, dejará trazos. Por eso intenta ser consciente de cada acción.


Talento: Capacidad, Compromiso y Contexto.


Me gustó esta frase de Juan Carlos Cubeiro. La verdad es que el éxito de la persona talentosa no viene por casualidad sino que viene por una serie de hábitos y actitudes que día a día tienen que ser entrenadas para ser aprovechadas de forma instintiva en el momento adecuado, en el sitio adecuado y de la forma adecuada.

  • Capacidad. ¿Quién tiene capacidad? Creo que en el fondo todos tenemos cierta capacidad para hacer las cosas. Lo que ocurre es que las circunstancias nos obligan y muchas veces hay quien aprende por voluntad propia mientras que otros lo hacen a palos. Pero todos tenemos la capacidad. Y queda de manifiesto que muchas personas con limitaciones físicas nos lo hacen ver a menudo cuando son capaces de hacer, y con bastante destreza, cosas que nosotros ni por asomo lo hemos intentando. La capacidad no es otra cosas que pasar por los cuatro estadios del aprendizaje.
  • No saber que no lo dominas, o lo que es lo mismo, la incompetencia inconsciente lo que no te abre las puertas a saber que puedes aprender a hacer algo pues no eres consciente de saberlo o de ignorarlo.
  • La incompetencia consciente que al menos te hacer dar cuenta de que no sabes y te abre la posibilidad de querer saber y del querer aprender. Aunque nuestro conocimiento sea parco tenemos a nuestro favor el reconocerlo y el querer aprender. Es el inicio en sí del aprendizaje.
  • La competencia consciente viene a darse en la medida en la que vamos aprendiendo las cosas y nos damos cuenta de ello. Sabemos que sabemos y lo desarrollamos en la medida de lo posible.
  • La competencia inconsciente que es cuando nuestro conocimiento es tal que se va haciendo automático e incluso puede permitirse el lujo de introducir variantes, experimentar y adornar las situaciones. La seguridad que uno posee es tan grande que es capaz de dominar las situaciones y sacar todo el provecho de ellas.

  • Compromiso. La capacidad o competencia inconsciente se da después de muchas y muchas horas de entrenamientos, de intentos fallidos o frustrados. No es fruto de la casualidad sino de la constancia. Imagínate por un momento que uno tenga la facilidad o capacidad de tocar el piano, la guitarra o cualquier otro instrumento. ¿Podría ser un fuera de serie sin no se compromete en la actividad de tocar a diario y durante mucho tiempo? Lo más probablemente es que no. El compromiso no es otra cosa que sentir el gusto por algo y dedicarle mucho tiempo a ese algo simplemente por el placer que se siente a la hora de realizarlo. Compromiso no es obligación sino dedicación, vocación y gusto por hacer algo que forma parte de ti.
  • Contexto adecuado. A veces no es cuestión de saber estar en el momento adecuado, a la hora adecuado y de la forma adecuada. A veces uno tiene que hacer posible que esas circunstancias se den, hay que crear las circunstancias para que las capacidades y las competencias puedan utilizarse en ese momento. Un pequeño ejemplo puede servir. Cuando los delanteros de un equipo arrastran hacia a un lado a toda la defensa para dejar huecos estratégicos que aproveche otro jugador. O el hacerse el encontradizo con la persona que deseas conocer, ver o encontrar. 
El talento, pues, es una conjugación de habilidades que se trabajan de forma constante y comprometida al punto de dominar lo que haces, sentir gusto por lo que haces e inventar situaciones donde hacerlo y donde, posiblemente, nadie lo ha hecho.