26/2/15

El secreto del éxito.


Un hombre joven pidió a Sócrates el secreto del éxito. Sócrates dijo a hombre joven encontrarlo cerca del río la mañana siguiente. Se encontraron. Sócrates pidió que el hombre joven caminara con él en el río. Cuando el agua se levantó a su cuello, Sócrates tomó a hombre joven por sorpresa y hunió rápidamente lo en el agua. 
El muchacho luchó para salir pero Sócrates era fuerte y mantenidole allí hasta que el muchacho comenzara a ponerse azul. 
Sócrates sacó la cabeza del muchacho del agua y la primera cosa que hizo el hombre joven era jadear y tomar una respiración profunda del aire. 
Sócrates le preguntó, “Qué deseaba mayormente cuando estaba bajo el agua?” 
El muchacho contestó, “aire”. 
¡Sócrates dijo, “que es el secreto del éxito! Cuando usted quiere éxito tan gravemente como usted quiso el aire, después usted lo conseguirá!” No hay otro secreto.

El secreto del éxito en algo que buscas es, ante todo, "quererlo", "desearlo", "buscarlo con pasión". De la misma manera que buscamos el aire con pasión para seguir viviendo, también es necesario apostar por el sueño con ganas, ilusión y pasión.

Hace unos días escuchaba en boca de Juanita, venida desde Miami para un seminario de Amway, una frase de Helder Cámara: "Si le das a un pobre un pescado habrás solucionado su hambre para hoy; si le das una caña de pescar y le enseñas a pescar le habrás solucionado el hambre de por vida".

Hay momentos en los que miro hacia mi propia vida y hacia la vida de otras personas que me rodean y descubro que la verdadera necesidad no la hemos encontrado puesto que lo que hacemos, vivimos o dejamos de hacer o vivir ocurre sin pasión, motivación o ganas. Vemos que al poco tiempo las cosas se desvanecen por falta de ello.

Cuando te encuentras a personas que han tenido un infarto, un accidente o han estado en situaciones críticas de la vida te dicen que viven de forma diferente, tan diferente como valorando el tiempo y las cosas que antes no valoraban.

Hay una experiencia a nivel religioso, la Parábola del Hijo Pródigo, que deja bien claro que la necesidad, la pérdida de algo que tenías o las necesidades de reflotar en la vida te hacen reconocer errores, apostar por el sueño, desaprender en la vida y luchar contra el orgullo o el sin sentido de la propia vida. 

Es la necesidad la que mueve el mundo y las vidas, la necesidad de ser útil ante los problemas, la necesidad de sentir que aportas algo a la vida, la necesidad de ser "alguien" en la vida.

La necesidad y los sueños personales van juntos. Nacen desde dentro y se nutren desde dentro de nosotros y desde las necesidades de los demás. Pero hay que "sentir la necesidad" como la sentimos a la hora de quedarnos sin aire y tener que respirar. Cuando nos estamos ahogando, y ante la necesidad de respirar, desplegamos más fuerza que nunca aún con la posibilidad de poder ahogar a aquellos que intentan rescatarnos. 

Emprendemos el camino hacia nuestros sueños pero, ¿somos conscientes del por qué los buscamos? ¿Qué nos mueve? ¿Qué suponen para nosotros? 

En la medida que sueños y necesidades van unidos de la mano mayor es la posibilidad de poder alcanzarlos.