12/10/15

Coherencia




El santón sufí Shams-e Tabñzi cuenta acerca de sí mismo la siguiente historia: 
Desde que era niño se me ha considerado un inadaptado. Nadie parecía entenderme. Mi propio padre me dijo en cierta ocasión: «No estás lo suficientemente loco como para encerrarte en un manicomio ni eres lo bastante introvertido como para meterte en un monasterio. No sé qué hacer contigo.» 
Yo le respondí: «Una vez pusieron un huevo de pata a que lo incubara una gallina. Cuando rompió el cascarón, el patito se puso a caminar junto a la gallina madre, hasta que llegaron a un estanque. El patito se fue derecho al agua, mientras que la gallina se quedaba en la orilla cloqueando angustiadamente. 
Pues bien, querido padre, yo me he metido en el océano y he encontrado en él mi hogar. Pero tú no puedes echarme la culpa de haberte quedado en la orilla.

La autenticidad es un valor muy importante. Nos hace sentir nosotros mismos y da sentido a nuestra vida. Tal vez haya gente que no nos comprenda, quizás haya otros que se enconen contra nosotros. Puede que seamos objeto de críticas y rechazos, pero lo importante es que al sentirse bien con uno mismo lo que otros digan o piensen pasa a un segundo o tercer plano.

Es importante ser consciente de quienes somos y de lo que buscamos en a vida. Desarrollar todo lo que encontramos de nosotros de forma innata es parte de la coherencia hacia nosotros mismos y de la coherencia que tenemos que mostrar hacia los demás.

La infelicidad y la incoherencia se adueñan de nosotros desde el momento en que queremos agradar a todos y actuamos cara a la galería y no hacia nosotros mismos. Hay sueños reprimidos por miedo, inseguridad personal u otros motivos que nos mantienen insatisfechos con nosotros mismos. Al final nos iremos escondiendo en la vida de los demás por no ser fieles a lo que realmente somos.