20/11/15

¿Ser perfecto? ¡No gracias!


Si el perfeccionismo a simple vista es algo que puede parecer bueno y que encauza a una persona hacia el éxito tiene, por otra parte, toda una serie de dificultades que pueden llevar a que nuestras metas y sueños se vengan abajo.

El perfeccionismo en sí tiene características buenas en el sentido que uno busca que las cosas funcionen bien y ello te lleva a tener en cuenta y a estar atento a cantidad de detalles que de otra manera no sería posible.

Pero por otra parte creo que el perfeccionismo puede ser una fuente de muchos problemas con uno mismo y con el entorno en el que se mueve.
  • ¿Insatisfacción contínua? El estar buscando de forma constante la perfección y no conformarse con lo que hay, ¿no nos lleva a un estado constante de no saborear lo que ya somo o tenemos para estar única y exclusivamente en los resultados finales. Saber vivir la imperfección y gozarla es muchas veces la clave de la vida. Hay pintores que no enseñan sus cuadros hasta el final, pues sólo ellos entienden y viven el proceso. Y gozan de él.
  • ¿Relaciones fáciles? No se si las relaciones interpersonales son fáciles con las personas que tienen a ser perfeccionistas. Tengo mis dudas. Las personas, incluso ellas, somos limitados. La exigencia hacia uno mismo y hacia los demás puede volverse indigesta para los que los rodean e incluso difícil. Como no somos perfectos y exigimos perfección difícilmente valoraremos los progresos o incluso las limitaciones de las personas al punto de poder llegar a juzgarlas, desestimarlas y dejarlas de lado en la vida.
  • ¿Miedo al fracaso? ¿Miedo a aceptar nuestras limitaciones? Puede que haya algo de miedo. Solo se que cuando salimos de nuestros esquemas normales de vida, visitamos otros países y culturas o vemos gente viviendo fuera de nuestras fronteras de una forma diferente y ser felices nos damos cuenta que la perfección y tantas cosas en las que somos exigentes toman un cariz más relativo y menos importante. No hay nada como aceptarse tal y como uno es, con sus propias limitaciones.
  • ¿Todo o nada? Ciertamente el perfeccionista vive en esta escala, al menos en ciertas áreas de su vida. La vida tiene un espectro mucho más amplio que todo o nada. Hay una gama de colores, de valores, actitudes y realidades que hacen que la vida pueda vivirse de muchas maneras. Los extremos son peligrosos, no creo que ayuden a vivir de forma equilibrada.
  • ¿Postergar? Tal vez sea una de las imperfecciones de perfeccionista. No dar pasos hasta que todo cuadre de forma perfecta. ¿Y mientras tanto qué? La vida sigue, continúa y nos perdemos oportunidades de ir puliendo lo imperfecto. Como alguien decía: "Por lo que más quieras, toma acción imperfecta". A veces es mejor pecar de exceso que no de omisión. De hecho al final de nuestras vidas nos arrepentimos más de las cosas que no nos hemos atrevido a hacer que de las que nos hemos equivocado, porque en nuestra mente siempre está esa conciencia de haberlo intentado.