7/12/15

Partiendo siempre desde donde se está.


Una de las carácteristicas de las especies es la de adaptarse o desaparecer. Con nuestra especie pasa lo mismo, o nos adaptamos o morimos. Pasa otro tanto de lo mismo a nivel social. La vida cambia, evoluciona y se va transformando día a día. La vida es un constante cambio. Aprender a vivir es esencial para sentirnos cómodos en nuestra existencia.

Saber vivir cada momento y cada circunstancia, adaptarnos a ello y sacar provecho de cada situación es parte de nuestra propia existencia. Hasta cierto punto le da sentido incluso a nuestra existencia desde el momento que es a través de los momentos duros cuando maduramos y nos forjamos como personas. Son muchos los dichos sobre ello: "el capitán de un barco no se forja en el puerto sino en las tempestades", sería una de las frases como la que nos propone Alex Rovira de aprender a bailar bajo la lluvia. Dice también un proverbio chino de "no pedir que nos alfombren los caminos sino de llevar un buen calzado.

La resilencia es esa capacidad de afrontar los diferentes reveses de la vida, adaptarse y sacar provecho de ellos. La realidad siempre es el punto de partida. Es la situación en la que uno se encuentra la que dicta el camino que tiene que hacer. Y ahí está el proceso a seguir:
  • Aceptar la realidad.
  • Tener en cuenta con los recursos internos y externos que posees en ese momento.
  • Comenzar a construir desde lo que se tiene.
Es algo tan simple y tan difícil como eso, pero el punto de partida es aceptar la realidad en la que uno está, hacerse amigo de ella, para saber lo que desde ella se puede hacer.