31/5/16

La vasija agrietada.


Un aguador de la India tenía sólo dos grandes vasijas que colgaba en los extremos de un palo y que llevaba sobre los hombros. Una tenía varias grietas por las que se escapaba el agua, de modo que al final de camino sólo conservaba la mitad, mientras que la otra era perfecta y mantenía intacto su contenido. 
Esto sucedía diariamente. La vasija sin grietas estaba muy orgullosa de sus logros pues se sabía idónea para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba avergonzada de su propia imperfección y de no poder cumplir correctamente su cometido. Así que al cabo de dos años le dijo al aguador: 
-Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir por tu trabajo. 
El aguador le contestó: 
-Cuando regresemos a casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino. 
Así lo hizo la tinaja y, en efecto, vio muchísimas flores hermosas a lo largo de la vereda; pero siguió sintiéndose apenada porque al final sólo guardaba dentro de sí la mitad del agua del principio. 
El aguador le dijo entonces: 
-¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino? Quise sacar el lado positivo de tus grietas y sembré semillas de flores. Todos los días las has regado y durante dos años yo he podido recogerlas. Si no fueras exactamente como eres, con tu capacidad y tus limitaciones, no hubiera sido posible crear esa belleza. Todos somos vasijas agrietadas por alguna parte, pero siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados.

27/5/16

Ego Cristiano





– Permíteme que te lea algunas frases del Sermón de la Montaña.

– Las escucharé con mucho gusto, – replicó el maestro.

El cristiano leyó unas cuantas frases y se le quedó mirando.

El maestro sonrió y dijo:

– Quienquiera que fuese el que dijo esas palabras, ciertamente fue un hombre iluminado.

Esto agradó al cristiano, que siguió leyendo.

El maestro le interrumpió y le dijo:

– Al hombre que pronunció esas palabras podría realmente llamársele Salvador de la humanidad.

El cristiano estaba entusiasmado y siguió leyendo hasta el final.

Entonces dijo el maestro:

– Ese sermón fue pronunciado por un hombre que irradiaba divinidad.

La alegría del cristiano no tenía límites. Se marchó decidido a regresar otro día y convencer al maestro Zen de que debería hacerse cristiano. Al regresar a su casa, se encontró con Cristo, que estaba sentado junto al camino.

– ¡Señor, – le dijo entusiasmado

– He conseguido que aquel hombre confiese que eres divino!

Jesús se sonrió y dijo:

– ¿Y qué has conseguido sino hacer que se hinche tu ‘ego’ cristiano?


26/5/16

Buscar y Descuidar


Buscar y Descuidar.

¡Qué paradójico suele resultar la vida! Lo que se busca se encuentra y lo que se descuida, se pierde. Me viene a la mente todo el concepto de la Ley de la Atracción puesto que en la vida conseguimos solamente aquello que está, de forma clara y evidente, en nuestra mente. Somos lo que pensamos y se lleva a cabo lo que tenemos como prioridad en nuestra mente. Es la profecía autocumplida.

Bucar y hallaréis.

Ya lo decía Jesús: "Buscad y hallaréis, pedid y se os dará, tocad y se os abrirá". Es una frase que conlleva toda una serie de actitudes relacionadas con la primera de todas, el "buscar".
  • Buscar es una actitud que nos hace tener en la mente un objeto al que buscamos con ahínco. Nuestro foco está en lo que buscamos y deseamos. De una manera u otra lo que buscamos se convierte en algo importante hasta el punto de imaginarlo, desearlo y de soñarlo. Se convierte en toda una vivencia dentro de nosotros.
  • Pedir es algo que conlleva el buscar. Cuando buscamos no sólo nos ponemos en acción sino que estamos pidiéndole a la vida que nos lo de y pedimos a la gente que nos rodea que nos ayude a conseguir lo que buscamos. Pedir es como exteriorizar hacia los demás lo que estamos buscando.
  • Tocar conlleva una actitud de deseo de querer materializar lo que estamos buscando, pidiendo y encontrando. Es la actitud de no quedarse en el conocimiento o en las ganas sino de buscar y de intentar lograrlo de una manera efectiva. En otras palabras podríamos decir que es "intentarlo", hacerlo posible.
Cuando buscamos hay una realidad que viven en nosotros. Lo que se busca es importante y al mismo tiempo "motiva". La motivación es la fuente de la energía que hace que nos movamos y sintamos interés por las cosas o por las personas.

Desinterés

El desinterés tal vez manifiesta de forma clara porque hace que algo llegue a perderse. Cuando mostramos desinterés por algo es porque
  • No tiene importancia para uno.
  • No le motiva.
  • No o valora.
  • No ocupa un lugar en su mente y en su vida.
  • No tiene tiempo para ello.
Cuando todo esto sucede, ¿qué ocurre? Vamos arrinconándolo en nuestra mente y en nuestra vida hasta el punto de echarse a perder o de que se aleje de nosotros, física o emocionalmente.






25/5/16

Observar sin juzgar


Observar sin Juzgar.

Observar sin juzgar a las personas o a las situaciones no es nada fácil. Estamos muy acostumbrados a emitir juicios sobre lo que vemos. Lo peor de todo es que en el momento de emitir los juicios éstos nos separan de las personas, a veces con la posibilidad de no retorno. ¿Es realmente necesario juzgar?
Tal vez con la simple y mera observación aprenderemos mucho más que con el juicio. De la observación tal vez siempre podamos aprender; del juicio no, porque lo emitimos y nada nuevo llegará a nuestra vida, además de condicionarnos ante personas o situaciones.

Observar simplemente.

¿Te has sentado a observar alguna vez, simplemente observar, una persona sin juzgar.Verla desde lo lejos, dejando que la curiosidad te permita seguir observando, aprendiendo, valorando y permitir que esa misma realidad te hable de ti más que de ella? La observación pura y dura te ayuda a conocer, a entrar en el mundo de lo desconocido y sobre todo a valorar lo que observas como una aportación más a tu propia vida.

Observar y enriquecerse.

En la medida en la que observo me doy cuenta de la realidad de las cosas, de la realidad que no es precisamente como ya las suelo ver, desde mi ideología, valores, moral, etc. Si observas un cubo lleno de agua, que se revuelve con toda la suciedad, ¿qué podemos observar en todo el proceso desde que está oscura hasta que la suciedad se va depositando en el fondo? La sensación es muy clara. A medida que observamos las cosas, las vamos entendiendo y comprendiendo mejor, es más dejan de ser enemigas para ser reveladoras, muchas veces de nosotros mismos, y otras tantas de la complementariedad de la vida, sin quitar que hay cosas que no nos gusten, pero siempre aprenderemos de ellas, mientras que el juicio no aportará nada a nuestra vida. Observar no deja de ser un gran aporte a nuestra vida-




24/5/16

¡Libertad o lentejas'


¿Libertad o lentejas?

¿Libertad o lentejas? ¿Qué elegirías tu? Hay gente para todo. Cada uno decide lo que quiere hacer en la vida y cómo vivirla. Puede que en uno y otro lugar haya ventajas y desventajas. Adulando haces que tu vida no sea tuya, sino de otro. Viviendo tal y como piensas eres tu mismo y disfrutas de lo que eres. Así que cada uno tendrá que saber elegir.

¿Vivir Adulando? 

La verdad es que vivir adulando a otra u otras personas debe de ser un sin vivir. ¿Te imaginas estar siempre detrás del otro para que te acepte, aceptar muchas veces lo inaceptable, y saber que en cualquier momento y tu tienes que cambiar? Vaya, como que no. La vida se vuelve insulsa y acabas sintiendo vacío en tu propio interior.

¿Comer lentejas?

Pues mira, a veces no es mala idea. Conozco y he conocido a mucha gente que se conforman y gozan con lo que son y con lo que tienen. ¿Se puede ser feliz así? Pies si, puesto que la felicidad, al menos el primer elemento de ella, es estar tranquilo con uno mismo, y esa tranquilidad la perdemos cuando nuestra felicidad depende de los demás.

El mayor tesoro que uno puede encontrar lo puede encontrar dentro de uno mismo Alguien ponía una frase estos días atrás en su muro que decía que el día que te mires al espejo con sinceridad y profundidad serás capaz de ver a la única persona que te hará feliz.

20/5/16

Tormenta y Paz


Control Emocional.

El control emocional es una de las cosas más difíciles de conseguir en la vida diaria. Somos cuerpo, alma, emociones, sentimientos. Guardar un equilibrio emocional requiere de una gran autoestima y de una gran seguridad en unos mismo y en los valores en los que cree como persona.

¿Qué hace que perdamos el control de nosotros mismos? Unas veces será el orgullo, otras veces la necesidad de auto afirmarnos ante los demás. Hay situaciones en las que no queremos perder el control de la situación y ello nos hace vivir mucho más estresados y susceptibles a cualquier descontrol cuando las cosas no funcionan tal y como nosotros queremos.

Los valores ante todo.

Escuchaba hoy a una persona que trabaja en la enseñanza sobre una situación vivida recientemente en su puesto de trabajo en la que tuvo que hacer frente a una situación agresiva de una alumna del centro. Me contaba que ante todo tenía que guardar la calma por varios motivos:
  • No entrar en la dinámica agresiva de la alumna.
  • No exponerse a cometer fallos que le hicieran caer en problemas legales.
  • Mantener sus valores a pesar de las circunstancias.
Me gustó sobre todo el tercero de los puntos. ¿Por qué? Porque cuando no llueve tal y como nosotros queremos es muy fácil dejar nuestros valores atrás y arrasar con todo lo que nos molesta. Mantener la calma y el equilibrio en situaciones que nos vienen en contra hace que nuestros valores estén bien asentados y no sean pura filosofía barata que puede cambiarse en cualquier momento de la vida.

Ofrecer nuestros valores.

No hay peor tormenta que la que cada uno se crea en su propia cabeza ni hay peor paso que el ir a donde no queremos. Cuando no nos mantenemos en nuestros valores acabamos cayendo en los valores del otro y yendo hacia lo que el otro nos ofrece, que no es exactamente lo que buscamos. En esos momentos estamos poniendo nuestra vida en sus manos, nuestros valores los cedemos ante los del otro y nuestras vidas ya no las controlamos nosotros sino que son ellos los que las controlan porque actuamos basados en lo que nos molesta de ellos.

La libertad, símbolo de nuestros valores y creencias.

Cuando creemos firmemente en nosotros mismos, en nuestro valores y creencias y no cedemos ante los envites de la vida, ¿qué estamos experimentando? Nada más y nada menos que la libertad de ser nosotros mismos y de vivir la paz de la misma libertad que nos lleva al equilibrio emocional en el que no dependemos de las circunstancias sino que somos nosotros los que las controlamos a ella. Somos nosotros mismos los que nos otorgamos el poder de como vivir cada momento. Somos los dueños de nuestra propia vida y decisiones. Eso nos permite vivir de forma equilibrada y libre.

19/5/16

Amar a las personas como son.


El amor independiente.

La verdad es que a veces te encuentras con personas que navegan en la profundidad del amor y te hacen reflexionar bastante sobre el sentido del amor real. Recuerdo que el Himno al amor de San Pablo en su carta a los Corintios 13,1-3 me hizo reflexionar en su momento y también hace unos días cuando "aparentemente" amamos y no nos sentimos a gusto a la hora de hacerlo. San Pablo decía que ya podíamos entregar nuestro cuerpo a las llamas, o entregar nuestro dinero a los pobres que si no tenemos amor de nada nos sirve. Y es cierto, porque podemos hacer muchas cosas sin amor que encontraremos el sinsentido que nos dejará fríos como la nieve o vacíos en nuestro interior.

El amor empieza por uno mismo.

Cuando nuestro amor depende de otras personas, ¿qué es lo que está pasando dentro de nosotros mismos? ¿Por qué necesitamos que nos amen para sentirnos bien con nosotros mismos? Cuando soy feliz sólo podré compartir lo que llevo dentro sin necesidad de que me acepten o no. Cuando el amor depende de la aceptación de los demás, ummmm, malo. O creemos en nosotros mismos o no creemos. O creemos porque estamos convencidos de lo que valemos o porque nos aceptan. ¿Y cuando dejan de aceptarnos o de fijarse en nosotros? Nos caemos.

El amor que regala lo que es.

Siempre me ha gustado la parábola del Evangelio de la semilla de mostaza que es la más pequeña de todas y se convierte en el árbol más frondoso que estando ahí solitario y tranquilo permite que los pájaros vengan a anidar a él y a dar cobijo y sombra a quien lo necesite. ¿No es realmente fascinante la parábola? El amor, independientemente de quien venga está ahí. El árbol es feliz consigo mismo. Su seguridad y frondosidad permite libremente acoger a quien libremente viene, por sombra por cobijo o por lo que sea. Su esencia es esa. La nuestra es el amor hacia lo que somos. Cuando nos amamos no necesitamos invitar a nadie, vienen por sí solos porque ven la energía que fluyen en nuestras vidas.

El amor libre.

Si, es el amor por amar, por ser libre con uno mismo. El amor que no necesita tanto de los demás sino de amarse y desarrollarse a si mismo. Libre de ataduras y de compromisos. El amor en su pura esencia que no necesita de la aceptación de los demás sino del amor de uno mismo.

18/5/16

Rebeldía


Rebeldía.


Me ha gustado esta frase nada más verla. Tal vez cuando vemos gente rebelde lo primero que nos asalta a la mente es cierto tipo de miedo, desconfianza y de preocupación. Los rebeldes siempre han tenido mala fama por salirse de las costumbres de las sociedades y por traer nuevos aires que rompían con nuestras tradiciones. Creaban en nosotros cierto aires de inseguridad.

Pero entre lo que vemos, lo que sentimos y lo que sabemos, y lo que podemos llegar a saber de aquellos que para nosotros son rebeldes hay un trecho. Cuando penetramos en el mundo de las personas, cualquier tipo de personas, hay todo un mundo del que desconocemos muchas cosas: ideas, sentimientos, experiencias, situaciones que se viven, valores, etc. Si penetramos en un mundo en el que desconocemos y que, además, nos resulta muy diferente podremos aprender más aunque no siempre concordemos con lo que estamos viendo o escuchando.

El mundo de la rebeldía siempre tiene su propia historia. El mismo Jesús se mostró como rebelde cuando puso al ser humano por encima de la ley, cuando desafió la ley y puso ésta al servicio del ser humano y del amor: "La Ley fue hecha para el hombre, no el hombre para la Ley". Eso rompió los esquemas de los judíos para quienes la Ley era lo más sagrado del mundo.

Detrás de cada rebelde siempre hay una causa por la que luchan, una causa en la que intentan resolver unos problemas o situaciones de sufrimiento. Tal vez puedan estar equivocados o no en la formas, pero hay una actitud de servicio hacia quienes quieren ayudar, y aunque a veces el concepto de ayuda pueda ser equivocado.

Es importante valorar muchas veces aquello que no encaja en nuestras vidas y en nuestras mentes. Algún mensaje llevan, algo siempre podemos aprender, para bien o para mal, y siempre podremos incorporar algo nuevo en nuestras vidas.

17/5/16

Felicidad


Felicidad.

¿Qué es la felicidad? ¿La podemos encontrar fuera o dentro de nosotros mismos? ¿Cuáles han sido los momentos más felices de nuestras vidas? ¿Cuál ha sido el denominador común de todos esos momentos?

Felicidad y el encuentro con los otros.

Si echamos un vistazo a los muchos momentos de nuestras vidas en los que hemos disfrutado de la felicidad nos damos cuenta que la mayor parte de ellos están relacionados con el encuentro con otras personas, pero sobre todo en el encuentro en el que somos capaces de arrancar de ellos alegría, alivio, ilusión y ganas de vivir. El hecho de ser capaces de llegar al otro y de hacer que su vida sea una sonrisa en algo que nos hace sentir muy bien.

Felicidad y el encuentro con uno mismo. 

Nadie da de lo que no tiene. Si somos capaces de provocar una sonrisa en otras personas es porque esa sonrisa está dentro de nosotros, aunque muchas veces sea forzada, pero está ahí y creemos en ella, por eso la buscamos en el otro, porque creemos en ella y sabemos lo bien que hace y lo bien que nos hace a nosotros mismos.

La felicidad no dependiente.

Es la felicidad que depende de nosotros mismos y no de los demás. Es la opción que hacemos en nuestra vida para que nada nos turbe y nada nos chafe lo que día a día queremos sentir, vivir y experimentar. La música nos ha invadido con el extraño mensaje de amor en el que nuestra vida nada vale sin la otra persona no está presente en ella. La felicidad tan sólo depende de una persona, de uno mismo. 

La felicidad se alcanza cuando la coherencia entre lo que hacemos, pensamos y hablamos caminan a la par. Hay sintonía dentro de nosotros. No hay nada como estar en paz con uno mismo y en sintonía consigo mismo para transmitir esa paz y esa felicidad.

Hay una frase de Walter Riso que tal vez lo defina bastante bien:


La felicidad empieza cuando uno comienza por amarse a si mismo, sólo desde esa experiencia puedes ofrecer lo que tienes, vives y sientes a los demás para que compartan esa felicidad.

16/5/16

Meditar y Compartir


Meditar. Fuente de aprendizaje.

Cuando tenemos problemas o lo pasamos mal tenemos la costumbre de mirar hacia afuera, de señalar culpables y de buscar fuera de nosotros mismos los responsables de todo lo que nos pasa. Pocas veces miramos hacia el interior de nosotros, sabiendo que la mayor parte de las veces es ahí donde podemos encontrar mucha luz y mucha parte de nuestra responsabilidad.

Cuando tenemos esa capacidad de guardar silencio dentro de nosotros mismos suelen ocurrir varias cosas importantes.
  • No luchamos contra nadie, por lo que la mente se acalla y comienza a ver con mucha más claridad. Mientras luchamos contra las adversidades nuestra mente está centrada en ellas y no es capaz de ver otra cosa sino lo que tiene en la mente.
  • Cuando la paz se hace realidad en nuestra mente ocurre lo mismo que cuando dejamos de revolver el agua sucia. La suciedad tiende a depositarse en el fondo y permite ver con más claridad.
  • Al ver con más claridad podremos observar cosas dentro de nosotros en relación a aquello contra lo que luchamos que nos permite conocernos mejor, ver detalles de nosotros mismos que ignorábamos e incluso aspectos de la realidad de los que tampoco éramos conscientes.
  • En relación hacia los demás no nos damos cuenta de que muchas veces cuando hablamos de situaciones o de personas os estamos dando más a conocer a nosotros mismos que a las personas o situaciones de las que hablamos, por lo que pueden ser piedras que lanzamos contra nuestro propio tejado.
Es cierto que las penas llevadas por varios alivia la carga, pero son cosas que hay que hacer en contadas ocasiones y cuando realmente necesitemos desahogarnos, pero siempre con la finalidad de conocernos mejor a nosotros mismos y a nuestros sentimientos que en criticar lo que no merece la pena criticar.

Compartir lo positivo.

Siempre es mucho mejor compartir lo positivo y agradable que lo negativo. 
  • Lo negativo generalmente no aporta sino dolores de cabeza y tristeza a otras personas. Lo positivo, por el contrario, aporta energía y vida a los demás. 
  • La negatividad acaba haciendo que la gente rechace, mientras que ser positivo hace que la gente te busque.
  • La positividad hace que expandamos nuestra mente, mientas que la negatividad nos encierra en un círculo que nos desgasta y empobrece.

13/5/16

La buena comunicación.


La comunicación eficaz.


Preciosa esta pequeña historia de la que reflexionando un poco se pueden sacar varias conclusiones.

Capacidad de sorpresa. 

No me digas que esta niña no ha dejado sorprendido a propios y a extraños con su actitud novedosa de morder la manzanas al mismo tiempo. La verdad es que fue original. No hay lugar a dudas.

Imaginarse lo peor. 


La verdad es que es mucho más fácil imaginarse las cosas que comunicarse en si, Y si a la hora de pensar nos imaginamos lo peor somos unos auténticos artistas. Los prejuicios o la negatividad que llevamos encima nos ayuda a ver la vida como no es en realidad. ¿Y si la madre preguntara antes de cambiar su rostro de forma apenada y triste por qué estaba haciendo lo que hacía la niña en ese momento. A los adultos que nos pregunten no nos gusta mucho, pero los niños son un libro abierto sobre todo cuando están en un momento de generosidad como ese. 

Habilidades comunicativas.

Habilidades comunicativas deficientes, como acabo de mencionar. Imaginamos y reaccionamos con lo que tenemos en la mente en vez de utilizar un don tan espléndido como el que tenemos la raza humana. La comunicación no invasora y respetuosa siempre es un acicate para una buena relación, un mayor entendimiento de las cosas y sobre todo para vivir y profundizar en la realidad tal y cual es.

Percepción de nosotros o de los demás.

Lo que percibimos y lo que molesta del otro, ¿no será tal vez una proyección de lo que no nos gusta y no aceptamos de nosotros mismos? Como acabo de leer esta tarde en esta vida aprendemos de todo, dice Paulo Coeho, incluso de las derrotas. Aprender de lo diferente, de lo inusual o de lo que no cuadra en nuestra mente puede ser una de esas lecciones que nos da la vida.



12/5/16

Sentido de pertenencia

sentido de pertenencia

Sentido de pertenencia.

El sentido de pertenencia es algo que lo que siempre se ha dicho que es uno de los rasgos más importantes del ser humano como persona social por naturaleza. Hoy han salido unas declaraciones un tanto sorprendentes de una política catalana, región española, en la que abogaba por un nuevo estilo de familia en el que los hijos se tuvieran en comunidades, tribus decía ella, con lo que el sentido de la dependencia y de la pertenencia dejarían de ser un problema para las personas.

Nunca se sabe por donde va a salir el sol pero la realidad es que el sentido de pertenencia es algo que nos ayuda a crecer como personas humana. De una manera u otra nos sentimos parte de los diferentes grupos sociales en los que interactuamos a diario. La familia es uno de ellos, como lo es el trabajo en el que estamos una buena parte del día.

Beneficios del sentido de pertenencia.

Si miramos la realidad en la que generalmente vivimos, puesto que la excepción siempre confirma la regla, "pertenecer" a un grupo siempre nos da una serie de ventajas. El primer grupo al que pertenecemos nada más nacer es el de la familia donde, curiosamente, estamos mucho más tiempo que el resto de las especies. Más de 18 años solemos convivir por norma general. ¿Es bueno? ¿Es malo? ¿Nos ayuda a crecer? ¿Retrasa nuestra madurez?
  • Protección. Lo que sí es claro es que estar en un núcleo familiar y más tarde laboral te da ese sentimiento de seguridad y apoyo que todos necesitamos. Creo que los animales demuestran como cualquier ser humano que saben proteger a sus crías de cualquier peligro exterior e incluso facilitan los medios para los primeros estadios de su vida. La "familia" se convierte en un nido de protección, de apoyo y de aprendizaje.
  • Entrega. No todos damos lo mismo por cualquier persona. Aunque estoy convencido de que no deberíamos de reparar en amar en ningún momento de la vida considero que cuando se trata de la propia sangre, del propio pueblo, del país de origen, hay algo que nos mueve de una manera mucho más profunda y manifiesta. El sentido de pertenencia y de cercanía calan hondo dentro de cada uno de nosotros. Otra cosa es que los núcleos familiares, sociales y políticos nos paralicen con tanto proteccionismo que no nos ayuda a crecer en la vida. Pero lo que sí es claro y evidente es que por un hijo, hermano, padre haríamos lo indecible y la motivación sería mucho más grande. Dejar el sentido de pertenencia, aniquilarlo, sería como cortarnos de raíz algo que es inherente al ser humano, el afecto humano, y sobre todo ese afecto que forma parte de nuestros genes.
  • Motivación. Es por ello que rendimos mucho más en el trabajo cuando nos sentimos parte de un proyecto, y que dedicamos más horas al trabajo, si es necesario, por el bien de la familia. Y que cuando sientes en tus brazos la vida de un hijo eres capaz de remover Roma con Santiago para sacarlo adelante cuando hay una enfermedad o circunstancia que se le viene encima. ¿Tendríamos la misma motivación por cualquier otro tipo de persona? Tal vez estaríamos dispuestos ayudar pero no tanto como se trata de alguien cercano y de la misma sangre.
  • Autoestima. Dentro del círculo cercano, el de la familia y el trabajo, podemos sentirnos valorados y apoyados. Eso nos hace sentir bien. Sabemos que, incluso los animales, cuando se sienten bien rinden y producen mucho más. Todos sabemos lo que significa sentirse amados y como eleva tus capacidades de trabajo, creativas, de relaciones y de aporte de vida y de energía a los demás. Quitarnos un sentido de pertenencia, ¿no sería aniquilar ese espíritu que nos impulsa al sentirnos amados y queridos por parte del grupo.

10/5/16

Felicidad. ¿Dentro o fuera de uno?

Felicidad. ¿Dentro o fuera de uno?

Felicidad. ¿Dentro o fuera de uno?

La felicidad. Es curioso, ¿verdad? ¿Dónde está la felicidad? ¿Dentro de nosotros? ¿Fuera? ¿La felicidad nos la dan las personas con las que vivimos o trabajamos? ¿Nos la da las cosas que tenemos? ¿Dónde, dónde está la felicidad?

Yo creo que hemos sido creados, o hemos venido a la vida para ser felices. También creo que sería enormemente injusto que esa felicidad no estuviera al alcance de nuestras manos. Desde mi punto de vista de creyente "somos imagen y semejanza de Dios" no en cuanto a nuestra forma corporal, sino más bien a lo que es la esencia de Dios: "vida, amor y energía".

Creo que nacemos con la capacidad de ser felices de forma autómata. Basta con ver a los niños para ver la capacidad de ser felices que son en medio de cualquier tipo de circunstancia. Saben sobreponerse muy bien porque saben vivir el momento.

Tal vez nuestra conciencia del pasado y del futuro hacen que vivamos más pendientes de ello que del propio presente de nuestra vida y que nos perdamos gran parte de nuestra vida sufriendo por lo que ya no existe ni por lo que todavía no ha llegado a existir.

También creo que tenemos una actitud de ser felices "si" conseguimos esto o aquello. Y mientras tanto ¿qué? ¿No podemos ser felices? ¿Es la felicidad la consecución de algo o más bien el encuentro con uno mismo y el cómo puedes mostrar lo que eres y tienes dentro de ti al mundo?

Soy consciente de que las personas que más felices son son aquellas que dan de lo que son y tienen y observan como distribuyen vida, energía y amor a su alrededor. Es muy difícil ver a una persona amar y no ver el reflejo de la felicidad en su rostro.

Por el contrario es más difícil encontrar esa cara de felicidad en las personas que siempre están esperando y dependiendo de que los demás les den lo que necesitan.

No puedo esperar la felicidad de nadie ni de nada. La felicidad depende de mi, de cómo vivo cada situación de la vida. Yo soy feliz en la medida en la que me acepto y en la que me quiero. Aprecio lo que soy y las cualidades que tengo que no siempre son las mismas que otras personas. Y soy feliz con ello.

Es entonces cuando puedo amar, dar de lo que soy y tengo. No espero a que me hagan felices porque puedo serlo por mi mismo y compartirlo con los demás. Bien decía Jesús que Amar a Dios era el primero de los mandamientos, puesto que Dios es todo, vida, amor y energía. Y que el segundo era "amar al prójimo como a uno mismo". No puedes amar al prójimo como a ti mismo si antes no te amas. Y es del amor a ti mismo de lo que das, repartes y compartes en la vida.

El equilibrio está en sentirse imagen y semejanza de Dios por la capacidad de generar dentro de ti lo mismo que Dios: Vida, amor, energía, paz, cercanía, etc

Autocontrol


Si tuviéramos que elegir entre la fuerza y el poder, ¿qué elegiríamos? ¿Y si tuviéramos que elegir entre dominar a los demás y dominarnos a nosotros mismos? 

Cuando miramos hacia nuestro alrededor podemos observar a muchas personas que se arman de fuerza para dominar a los demás.
Desde un punto de vista político lo hacen para dominar y prevalecer sobre los demás. Muchas veces a costa de la propia ignorancia y a sabiendas de no le están haciendo un gran favor al pueblo. Hay casos donde se puede palpar la miseria humana, la falta de libertad de los derechos fundamentales de expresión o incluso de poder decidir. La fuerza del poder en forma de coacción en detrimento del pueblo son una realidad. La pobreza del poder se impone sobre la riqueza del pueblo. ¿Será para tapar las propias miserias y complejos que uno tiene? ¿Será para esconderse detrás de una absurda riqueza material que niega la propia riqueza personal?
Desde el punto de las relaciones meramente humanas y sociales vemos también la misma lucha en forma de rivalidades que llevan muchas veces hasta la muerte. Luchas de genero entre hombres y mujeres, luchas entre partidos políticos donde lo importante es la descalificación y la llegada al poder antes que soluciones reales a los asuntos que preocupan al pueblo.
Pero el poder del que menos se habla es del poder que uno mismo tiene que realizan dentro de sí mismo para no ser esclavo de sus propias palabras, de sus propios sentimientos, de sus propias actitudes. 

Tendemos a culpabilizar a los demás y a someterlos a lo que pensamos, queremos y deseamos. ¿Y nosotros? ¿Somos capaces de exigirnos y de controlarnos a nosotros mismos?

La gran fuerza que tenemos y poseemos es la del autocontrol, porque nos mantendrá firmes en lo que queremos y deseamos.


 

9/5/16

SÉ COMO UN MUERTO


  Era un venerable maestro. En sus ojos había un reconfortante destello de paz permanente. Sólo tenía un discípulo, al que paulatinamente iba impartiendo la enseñanza mística. El cielo se había teñido de una hermosa tonalidad de naranja-oro, cuando el maestro se dirigió al discípulo y le ordenó:

  --Querido mío, mi muy querido, acércate al cementerio y, una vez allí, con toda la fuerza de tus pulmones, comienza a gritar toda clase de halagos a los muertos.

  El discípulo caminó hasta un cementerio cercano. El silencio era sobrecogedor. Quebró la apacible atmósfera del lugar gritando toda clase de elogios a los muertos. Después regresó junto a su maestro.

  --¿Qué te respondieron los muertos? -preguntó el maestro.

  --Nada dijeron.

  --En ese caso, mi muy querido amigo, vuelve al cementerio y lanza toda suerte de insultos a los muertos.

  El discípulo regresó hasta el silente cementerio. A pleno pulmón, comenzó a soltar toda clase de improperios contra los muertos. Después de unos minutos, volvió junto al maestro, que le preguntó al instante:

  --¿Qué te han respondido los muertos?

  --De nuevo nada dijeron -repuso el discípulo.

  Y el maestro concluyó:

  --Así debes ser tú: indiferente, como un muerto, a los halagos y a los insultos de los otros.

  *El Maestro dice: 
Quien hoy te halaga, 
mañana te puede insultar 
y quien hoy te insulta, 
mañana te puede halagar. 
No seas como una hoja 
a merced del viento 
de los halagos e insultos. 
Permanece en ti mismo 
más allá de unos y de otros.


7/5/16

Liberar la mente.



Dos monjes, Tanzán y Ekido, viajaban juntos por un camino embarrado. Llovía a cántaros y sin parar. 

Al llegar a un cruce se encontraron con una preciosa muchacha, vestida con un kimono y un ceñidor de seda, incapaz de vadear el camino.

-Vamos, muchacha -dijo Tanzán sin más. Y, levantándola en sus brazos sobre el barro, la pasó al otro lado.

Ekido no dijo ni una sola palabra, hasta que, ya de noche, llegaron al monasterio. Entonces no pudo resistir más.

-Los monjes como nosotros -le dijo a Tanzán- no deben acercarse a las mujeres, sobre todo si son bellas jovencitas. Es peligroso. ¿Por qué lo hiciste?

-Yo la dejé allí -contestó Tanzán-. ¿Es que tú todavía la llevas?


6/5/16

Lo que aceptas, te transforma.


¿Has luchado alguna vez contra el insomnio? La verdad es que es duro. Es algo que te fastidia. En tu lucha, cuando no aceptas que no puedes dormir, buscas todas y cada una de las posiciones para poder dormir. De un lado y del otro, hacia arriba o hacia abajo, abrazando la almohada o poniéndola a los pies, apoyando los pies en alto contra la pared o acostándote en sentido contrario. Lo que si es realmente curioso es, que cuando aceptas que no puedes dormir, te caes dormido sin darte cuenta.

Hace unos años escuchaba a una persona que entraba a dar su opinión en un programa de radio que lo primero que decía era que estaba muy nerviosa. Los que conducían el programa le dijeron que no se preocupara y que cuando los nervios le jugaran una mala pasada lo comprenderían. Lo más curioso de todo es que entro reconociendo y aceptando que estaba nerviosa y durante su intervención no mostró nerviosismo alguno.

Cuando hablamos de la aceptación de los demás creo que puede ocurrir otro tanto de lo mismo. Recuerdo un cuento de Tony de Mello en el que se le pedía a un alcohólico que cambiara de actitud. Le explicaban los mil y un motivos para poder hacerlo: salud, familia, economía, trabajo, etc. El siempre lo intentaba y nunca lo conseguía, aunque lo que podía ver es que las personas se alejaban de él al ver que no cumplía con sus promesas. En cierta ocasión una persona muy querida se acercó a él al verlo triste y desolado y le dijo: ¡No cambies!, yo te quiero y acepto como eres. A partir de ahí dejó de beber alcohol.

Cuando no aceptamos algo entablamos una lucha en dos sentidos:
  • Por una parte luchamos contra la realidad. La queremos cambiar y transformar. La vemos como una enemiga.
  • Por otra parte luchamos contra nosotros mismos, porque queremos cambiarla y vemos que no somos capaces.
Mientras nuestra mente esté ocupada en lo que no queremos y rechazamos le estamos regalando todas nuestras fuerzas a lo que detestamos.

Cuando nuestra mente acepta y no rechaza encuentra la tranquilidad para iniciar el cambio desde esa tranquilidad y desde ese equilibrio.

Cuando aceptamos el insomnio acabamos durmiendo antes, cuando acabamos aceptándonos tal y como somos nos centramos en lo que queremos. Y cuando somos capaces de aceptar a los demás somos capaces de ofrecer la tranquilidad a las personas que no la encuentran dentro de si mismas al punto de transformarlas sin que haya intención o presión sobre ellas.

Es el pacto con aquello que rechazamos y no queremos lo que nos da fuerzas para colocar nuestra mente y nuestra energía en lo que realmente queremos. Es desde la tranquilidad de la aceptación desde donde iniciamos el camino no de huída de lo que no queremos, sino del encuentro de lo que sí buscamos. Nuestra mente se centra en lo que hay, y desde lo que hay se camina hacia lo que se desea.


5/5/16

Un pollo de tres kilos


Vio un pollo colgado y, dirigiéndose al pollero, le dijo:
– Tengo esta noche en casa una cena para unos amigos y necesito un pollo.
– ¿Cuánto pesa éste?
El pollero repuso:
– Dos kilos, señor.
El cliente meció ligeramente la cabeza en un gesto dubitativo y dijo:
– Éste no me vale entonces.
– Sin duda, necesito uno más grande.
Era el único pollo que quedaba en la tienda. El resto de los pollos se habían vendido. El pollero, empero, no estaba dispuesto a dejar pasar la ocasión. Cogió el pollo y se retiró a la trastienda, mientras iba explicando al cliente:
– No se preocupe, señor, enseguida le traeré un pollo mayor.
Permaneció unos segundos en la trastienda. Acto seguido apareció con el mismo pollo entre las manos, y dijo:
– Éste es mayor, señor.
– Espero que sea de su agrado.
– ¿Cuánto pesa éste? – preguntó el cliente.– Tres kilos – contestó el pollero sin dudarlo un instante.
Y entonces el cliente dijo:
– Bueno, me quedo con los dos.
Maestro: En un conflicto tal se halla todo aspirante espiritual cuando verdaderamente no se compromete con la Búsqueda.



4/5/16

Una forma de vivir: Amando


El amor, un estilo de vida.


Me ha encantado esta frase que me acabo de encontrar en el Facebook. Tiene mucho sentido porque creo que a veces confundimos el amor con meros sentimientos en vez de una opción de un estilo de vida que sentido a la misma vida.

Hay momentos en los que decidimos dejar de amar. Lo hacemos de forma clara y evidente cuando nos enfadamos con alguien y dejamos de hablarle, o cuando el rencor se apodera de nuestra mente y de nuestro corazón. También ocurre cuando el resentimiento se convierte en la carga que llevamos a diario. Hay situaciones que nos levan a renunciar temporal o definitivamente al amor en nuestra vida.

¿Qué sucede cuando el amor deja de ser el eje central de nuestra vida?

Creo que no hace falta ser tontos para darnos cuenta de lo que sucede en nuestra vida cuando el amor, y no hablo del amor romántico y sentimental que podemos sentir hacia otra persona que bien puede ser nuestro compañero o compañera de viaje. Me refiero al amor en general que hace posible el que podamos acercarnos a los demás de una manera totalmente altruista y generosa.

Todos sentimos un gran aprecio y admiración por las personas que dan sus vidas para ayudar a otros, desde los misioneros hasta los médico que se van en misión humanitaria a otros países con necesidad. Todas las personas que ejercen el amor de una manera voluntaria tienen un denominador común: la vida es bella, la sonrisa siempre en los labios, las dificultades se convierten en retos y es muy difícil encontrarse con la tristeza sino la de ver a gente padeciendo.

El amor aporta a nuestra vida energía, alegría, fortaleza, ganas de vivir, constante afán de superación y otras tantas cosas que siempre serán un buen recuerdo de una buena vivida.

La opción fundamental.

Cuando el amor es el eje de nuestra vida la mirada siempre se dirige a lo positivo. Lo negativo siempre parece o desaparecer o quedarse en un segundo, tercer o cuarto plano. ¿Por qué? Porque si hipotecamos nuestra vida a las malas experiencia jamás seremos felices ni libres. Somos libres en la medida en la que somos capaces de amar. Desde el momento en que nos dejamos arrastrar por las malas experiencias tenidas nos sometemos a esas experiencias y dejamos de ser nosotros mismos. La falta de una sonrisa libre en nuestra vida es la que nos muestra esa realidad.

El amor como estilo de vida.

¿Realmente creemos en el amor? ¿Por qué creemos en el amor? ¿Por qué dejamos de amar en situaciones? El amor tiene sentido en si mismo, a veces totalmente incomprensible para quien no lo vive, pero enteramente comprensible para quien sí lo vive. Experimenta la libertad de ser persona en si misma y no dependiente de las circunstancias. Tal vez es consciente del bien que hace a otros, pero es mucho más consciente del bien que se hace a si mismo amando, puesto que es libre para ser el mismo: Imagen y semejanza de Dios, es decir, Amor.

3/5/16

Terapia contra la avaricia.



Era un monarca sumamente ambicioso y rapaz. Un día estaba paseando por los descomunales jardines de su fastuoso palacio y de súbito se dio cuenta de que ante él aparecía un mendigo. El rey percibió en seguida que el hombre no era peligroso e incluso exhalaba una atmósfera de quietud, por lo que se dirigió a él y le preguntó:
— ¿Qué haces aquí?
El pordiosero presentó lo que parecía una escudilla ante el monarca y le dijo:
— Tú eres uno de los hombres más ricos del mundo, pero siempre quieres más. Si puedes llenar mi escudilla con monedas de oro, te diré cómo conseguir un fabuloso tesoro.
El rey pensó que nada tenía que perder y su avidez le dijo que por qué no probar. Llamó a uno de sus asistentes y le ordenó que trajera una bolsa de monedas de oro. Una vez la tuvo en sus manos, la abrió y comenzó a echar monedas en la escudilla. Ante su sorpresa, no pudo llenarla. Exigió que le trajeran entonces un saco lleno de ellas y comenzó a verterlas sobre la escudilla, pero ésta seguía vacía. Trajeron varios sacos de monedas de oro y sucedió lo mismo. El monarca ordenó que trajeran todos los tesoros del reino y todos los engulló la escudilla. Desesperado, preguntó:
— ¿Por qué no logro llenar tu miserable escudilla?

El pordiosero se encaró al monarca y le dijo:

— Eres más mendigo que yo, mucho más.

El rey estaba estupefacto. Entonces el mendigo dio la vuelta a su escudilla y resultó que ésta, por el otro lado, era un cráneo humano.

— ¿Te das cuenta, señor? Así es el ser humano. Por mucho que le des, nunca está satisfecho y continúa sintiéndose interiormente vacío. Nada puede saciar su voracidad; nada puede llenar su vacío interior.
— ¡Eres un mago! –vociferó el monarca–. Te haré ahorcar.
— Te equivocas, señor. No soy más que un pobre ermitaño, sólo eso, pero este cráneo-escudilla sí es mágico, porque fue el cráneo de un gran demiurgo. Él refleja perfectamente cómo es la cabeza del llamado ser humano: siempre pidiendo más, ansiando más, esperando más. ¿De qué sirve ser un monarca si tu mente es mucho más pobre que la de un mendigo?
Entonces el rey tuvo un destello de comprensión profunda. Efectivamente, él había sido siempre el más mendigo de los mendigos.