23/2/16

Apreciando lo que uno tiene


Un Empresario estaba en el muelle de un pueblo costero cuando llegó un bote pequeño con un solo pescador. Dentro del bote había varios atunes amarillos de buen tamaño.El empresario elogió al pescador por la calidad del pescado y le preguntó cuánto tiempo le había tomado pescarlos.
 
El pescador respondió que solo un poco de tiempo.El Empresario luego le preguntó por que no permanecía más tiempo y sacaba más pescado.El pescador le dijo que tenía lo suficiente para satisfacer las necesidades inmediatas de su familia.
 
El Empresario luego preguntó,¿pero qué hace usted con el resto de su tiempo.El pescador dijo, " duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, hago siestas con mi esposa María, me voy todas las noches al pueblo donde tomo ron y toco guitarra con mis amigos ".
 
Tengo una vida completa y ocupada.El Empresario replicó: Yo soy un MBA de Harvard y podría ayudarte. Deberías gastar más tiempo en la pesca y con los ingresos comprar un bote más grande, con los ingresos del bote más grande podrías comprar varios botes, eventualmente tendrías una flota de botes pesqueros.
 
En vez de vender el pescado a un intermediario lo podrías hacer directamente a un procesador de pescado, eventualmente abrir tu propio procesador de pescado.Deberías controlar la producción, el procesamiento y la distribución. Deberías salir de este "pobre" pueblo e irte a la ciudad, luego a la capital y eventualmente al exterior, donde manejarías tu empresa en gran expansión.
 
El pescador preguntó, pero cuánto tiempo tarda todo eso? A lo cual respondió el empresario "entre 15 y 20 años"¿ Y luego qué ?El empresario se ríe y dijo " que esa era la mejor parte".Cuando llegue la hora deberías anunciar un I. P.O. ( Oferta Inicial de Acciones ) y vender las acciones en oferta al público.Te volverás rico, tendrás millones"." Millones....¿y luego que?Dijo el Empresario: " Luego te puedes retirar.
 
Te mudas a un pueblo en la costa donde puedes dormir hasta tarde, pasear un poco, jugar con tus hijos, hacer siesta con tu mujer, ir todas las noches al pueblo donde tomas ron y tocas guitarra con tus amigos" 
El pescador respondió, ¿acaso eso no es lo que tengo ya?

¿Qué te parece esta historia?  No deja de ser curiosa, ¿verdad? Nos planteamos una vida de riesgos, de esfuerzos y de sin sabores para, al final, gozar de lo que ya tenemos. Lo curioso es que soñamos muchas veces por conseguir lo que ya tenemos. Creo que en cierto modo somos cortos de vista pues no apreciamos lo que tenemos creyendo que vamos a encontrar algo mejor. Cuando la realidad se da a conocer nos damos cuenta de la multitud de fallos que cometemos a lo largo de la vida.

¿Qué nos aparta de la realidad cotidiana que ya tenemos?

  • Creo que una de las razones principales es que el convivir con nosotros tanto tiempo obviamos lo que realmente somos y tenemos de regalo en nuestras vidas. Si supieras la cantidad de personas que hay por la vida adelante que se infravaloran porque creen ser poca cosa y se sorprenden cuando alguien les da las gracias por detalles que para ellos son insignificantes, pero que para otros son realmente experiencias cargadas de una gran riqueza. Si en estos momentos nos pidieran que dijéramos más de veinte cualidades que tenemos en la vida como personas, además de las que desarrollamos laboralmente, ¿seríamos capaces?
  • Vivir con las propias cualidades de uno y acostumbrarse a ellas y no desarrollarlas puede ser otro de los motivos. Nos conformamos con lo que somos y tenemos pero, ¿podemos sacarle más partido a nuestras vidas? Y cuando digo lo de sacarle partido me refiero a saber utilizar nuestras cualidades en muchos aspectos, crear a partir de lo que somos y de lo que tenemos. ¿Cuántas cosas podríamos hacer con nuestra vida o con lo que tenemos y sin necesidad de esforzarnos en demasía? Tal vez nos sorprenderíamos. Podemos aprender de los niños que de cada cosa que cogen siempre se inventan una película, un juego o cualquier actividad por muy rudimentaria que sea. Y se lo pasan pipa. 
  • Otra de las causas puede ser el miedo a quedar en ridículo. No se si te ha pasado a ti que en una reunión de amigos, de negocios o de cualquier otra índole piden opiniones respecto a algo. Por tu mente pasa una idea brillante, te la callas porque te parece ridícula. De repente alguien la tiene en su mente, la dice y se gana el premio, la ovación o el reconocimiento. Seguidamente pasas a pensar y a decirte a ti mismo: ¡qué tonto soy! ¿por qué no lo habré dicho? Así es el miedo, la inseguridad, la falta de autoestima es lo que nos lleva a no apreciar lo que sí tenemos dentro y de gran valor.
Soñamos con cosas que no tenemos, que sí podemos alcanzar y nos olvidamos de lo más importante, del aquí y ahora, de lo que si ya tenemos y de todo con lo que si podemos ser felices ahora. 

El futuro puede depararnos algo valioso, pero si no lo llenamos con lo que llevamos dentro de nosotros mismos nos encontraremos toda la vida buscando y buscando cuando en realidad está muy cerca de nosotros, porque somos nosotros mismos.