19/5/16

Amar a las personas como son.


El amor independiente.

La verdad es que a veces te encuentras con personas que navegan en la profundidad del amor y te hacen reflexionar bastante sobre el sentido del amor real. Recuerdo que el Himno al amor de San Pablo en su carta a los Corintios 13,1-3 me hizo reflexionar en su momento y también hace unos días cuando "aparentemente" amamos y no nos sentimos a gusto a la hora de hacerlo. San Pablo decía que ya podíamos entregar nuestro cuerpo a las llamas, o entregar nuestro dinero a los pobres que si no tenemos amor de nada nos sirve. Y es cierto, porque podemos hacer muchas cosas sin amor que encontraremos el sinsentido que nos dejará fríos como la nieve o vacíos en nuestro interior.

El amor empieza por uno mismo.

Cuando nuestro amor depende de otras personas, ¿qué es lo que está pasando dentro de nosotros mismos? ¿Por qué necesitamos que nos amen para sentirnos bien con nosotros mismos? Cuando soy feliz sólo podré compartir lo que llevo dentro sin necesidad de que me acepten o no. Cuando el amor depende de la aceptación de los demás, ummmm, malo. O creemos en nosotros mismos o no creemos. O creemos porque estamos convencidos de lo que valemos o porque nos aceptan. ¿Y cuando dejan de aceptarnos o de fijarse en nosotros? Nos caemos.

El amor que regala lo que es.

Siempre me ha gustado la parábola del Evangelio de la semilla de mostaza que es la más pequeña de todas y se convierte en el árbol más frondoso que estando ahí solitario y tranquilo permite que los pájaros vengan a anidar a él y a dar cobijo y sombra a quien lo necesite. ¿No es realmente fascinante la parábola? El amor, independientemente de quien venga está ahí. El árbol es feliz consigo mismo. Su seguridad y frondosidad permite libremente acoger a quien libremente viene, por sombra por cobijo o por lo que sea. Su esencia es esa. La nuestra es el amor hacia lo que somos. Cuando nos amamos no necesitamos invitar a nadie, vienen por sí solos porque ven la energía que fluyen en nuestras vidas.

El amor libre.

Si, es el amor por amar, por ser libre con uno mismo. El amor que no necesita tanto de los demás sino de amarse y desarrollarse a si mismo. Libre de ataduras y de compromisos. El amor en su pura esencia que no necesita de la aceptación de los demás sino del amor de uno mismo.